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Barro y Alma en la mesa. Restaurante Raíces

RAÍCES

Rda. del Cañillo, 3
TALAVERA DE LA REINA, TOLEDO
Teléfono: 671 42 21 15

¡Qué experiencia tan entrañable la vivida en Raíces!

No sé si es porque cuando ves a Carlos Maldonado, de tantas veces que le has visto en Televisión, te parece alguien de la familia o porque es tan cercano y su equipo tan encantador, que te sientes en un lugar amigable.

En forma de U rodeando la cocina se disponen unas mesas donde el protagonismo absoluto es la cerámica de Talavera igual al resto del restaurante. Declarada en 2019 Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, en Raíces hacen un merecido homenaje a este producto a menudo no suficientemente valorado.

No solo como elemento decorativo de paredes, sino presente en sus creativos diseños en la vajilla con la que expresan también su personal cocina. Es como ellos mismos dicen “Un lienzo de barro para plasmar nuestras ideas”

Preciosas obras de artesanos tanto de Talavera como de Puente del Arzobispo, diseños personales, obras de arte que puedes disfrutar en cada pase de su rico menú.

Me gustó mucho el detalle de que entre mesa y mesa hay un visillo que logra más intimidad.

La cocina de Carlos Maldonado es su apuesta personal, el dice que si el comensal le deja entrar en su paladar le dará un trocito de su alma, y esto se nota en cada bocado.

Es un hombre comprometido, alguien que ha logrado lo que tiene por su tesón y sus valores.

Los Pilares de Raíces se basan en el desarrollo sostenible medioambiental, económico y social. En el desarrollo ambiental organizan salidas con empleados y clientes llamadas Plogging consistentes en combinar el ejercicio físico con la limpieza del entorno, recogida de residuos, una actividad muy interesante.

Económicamente, apoyando a las empresas locales y de proximidad.

Y socialmente con su maravilloso proyecto Semillas una escuela de hostelería donde ofrece a jóvenes en riesgo de exclusión social una oportunidad de tener un futuro mejor.

¿Se puede hacer más en tan poco tiempo?

Y además ofrecer una experiencia gastronómica inolvidable.

Tienen dos menús. Optamos por el de 17 pases

Empezamos con

La Bienvenida

Un Cóctel acompañado de un Caldo de cangrejo y tortellini de setas.

Increíble recibimiento, anuncio de lo que puede esperarte

Cuando llegas en la mesa encuentras una serie de vasijas de cerámica dispuestas de una manera especial que luego entiendes cual es su propósito cuando llegan los

Snack

Pequeños bocados donde se mezclan sabores y texturas y es un disfrute detrás de otro

Bollo de calamares.

Tartaleta de pechuga de perdiz ahumada y caviar

Bombón de perdiz

Ostra toledana

Sardina ahumada

Queso de cabra, cítricos, piñones y miel

Una gozada todos, quizás la ostra es la más inolvidable, me cuesta elegir.

En la parte de Pescados

Bacalao y sus callos

Un apartado que no podía faltar es

Viva México Cabrones,

homenaje al hermanamiento que tiene la ciudad de Talavera con Puebla en México por su cerámica

Tres platos absolutamente imprescindibles.

Carillas y callos de cordero, uno de los que más me gustó. Repetiría una y mil veces, un guiso delicioso

Falda de cordero y maíz

Tequila, limón y sal, para rematar este original bocado que refresca del picante anterior.

Absolutamente maravilloso este apartado.

Pasamos a

Carne Silvestre

Con un Lomo de gamo, ajo negro y haba tonka. Una buena terminación de la parte salada del Menú.

Y Llegamos a los Postres

Piñones, leche y queso, una especie de arroz con leche pero con piñones, muy rico

Bollo de chocolate blanco y fresas, bocado exquisito

Crema cítrica de limón y maíz, frescor y sabor inigualable

Y Llegó el final con una creación que recuerda a la infancia del Chef

Días de varea

Cuando acompañaba a sus padres a recoger aceitunas y al terminar combatían el frío con un chocolate caliente.

Una historia que acompaña e inspira un plato con una bonita presentación y broche final perfecto para un menú digno de la estrella merecida.

Múltiples detalles adornan paredes, y también a la hora del café esa cerámica está presente en la mesa.

En definitiva, una experiencia que no os podéis perder. Quizás no quede mucho tiempo para que siga en Talavera, ya que por razones empresariales y personales nos contó tiene pensado trasladar su proyecto a otra zona donde puede seguir expresando su creatividad dando más comodidades aún a los clientes.

Aunque pueda perder la estrella Michelin, auguro que si todo sale como tiene pensado la zona es muy bonita y seguro que su proyecto será un éxito.

Yo estaré encantada de seguirle allá donde vaya y contaros la experiencia.

Magia con un cochinito. Restaurante Atrio

ATRIO

Plaza San Mateo, 1
CÁCERES
Teléfono: 927 24 29 28

Situado en un precioso edificio en pleno casco histórico de Cáceres, un lugar privilegiado, patrimonio de la humanidad, este tres estrellas Michelín, ofrece un contraste curioso, la tradición que se respira fuera, con unos edificios, en todo el casco antiguo, tan bien conservados, y el interior del restaurante, moderno, amplio, elegante y sencillo, que parece darte una pista de lo que es también la cocina de Toño, esa materia prima tradicional con una técnica innovadora, creando platos absolutamente maravillosos.

Porque en Extremadura no hay nada más tradicional que el cerdo, y es precisamente este, el hilo conductor del menú de Atrio, que está presente en todos sus platos desde el aperitivo hasta el postre, en unas presentaciones, en algunas ocasiones hasta mágicas y con una mezcla de sabores, olores, texturas… una gozada para el paladar. Una degustación que supera un plato al anterior, hasta que llega un momento en que uno se deja llevar y es un disfrute absoluto.

Tuvimos un trato fantástico. Y es que Toño Pérez y José Polo son unos anfitriones perfectos. Su sencillez y calidez son dignas de admiración. Sin un ápice de divismo y eso que su fama transciende fronteras, departen con el comensal, están pendientes en todo momento de la satisfacción del cliente, comentan anécdotas y platos, un encanto, que transmiten a todo el equipo, simpáticos, profesionales y tremendamente amables.

Esta pareja se complementa perfectamente en sala y cocina, siempre he dicho que cuando se comparte vida y afición se nota en el resultado. Soy una romántica, que queréis que os diga, pero ya tengo varias experiencias en este tema y este blog ha dado cuenta de algunas de ellas.

Atrio también posee una joya excepcional, su Bodega, una de las mejores del mundo. Una colección conseguida por José Polo a lo largo de los años.

Nada más llegar al restaurante es lo primero que te enseñan. Ay! Qué pena ser una neófita en la materia. Solo ver su arquitectura ya impacta, no me extraña que algunos la llamen la Capilla Sixtina del vino. En forma circular, muy luminosa, con unas estanterías de madera y un techo precioso, reposan prestigiosas y únicas referencias que conviven con vinos de pequeños viticultores y otros más modestos para el común de los mortales.

Impresiona ver algunas botellas con más de 200 años, cuidadas con tanto primor, con un valor incalculable, muchos de estos vinos forman parte de su extensa carta y se pueden naturalmente disfrutar si el bolsillo lo permite.

Nosotros nos dejamos asesorar por el sumiller, José Luis que como buen profesional supo indicarnos un vino de acuerdo a nuestro presupuesto y gusto.

Fotos bodega cedidas por el restaurante

La sala es grande, y nuestra situación fue inmejorable, ya que estuvimos en un rincón más apartado, en una mesa iluminada naturalmente por un gran ventanal, que da a un patio precioso. Un detalle romántico que hizo la comida más íntima. Están en todo, celebrábamos cumpleaños y no pudo resultar mejor.

Siempre es difícil describir las sensaciones que uno tiene en este tipo de restaurantes.

Voy a tratar de introduciros en este universo, para invitaros a probarlo si tenéis ocasión.

El menú que probamos lo denominan Tiempos de Sol.

Tiene como hilo conductor el cerdo, o como ellos lo denominan “El cochinito feliz” ese que campa libre por la Dehesa comiendo bellotas. Su alimentación y el ejercicio que hace, consiguen que la carne del cerdo ibérico sea tan jugosa y su sabor único.

Así comenzamos con unos snacks para entrar en materia,

Aceituna negra lino y amaranto, Patata con queso de los Ibores, y eneldo en una fina lámina y una Lionesa con panceta ahumada y orégano

El siguiente apartado lo llaman simpáticamente

Cuando nuestro cochinito se va a la playa….

Un delicado bocado de Ventresca de Atún en manteca colorá, una versión distinta de la Gilda, en este caso Gilda de loncheja ibérica, manzana y anguila ahumada

y el más impactante un Crujiente de tapioca, emulsión de salmón y cochifrito en forma de una preciosa mariposa, espectacular, da pena comérsela… y está riquísima.

Con el Jamón, mahonesa y tomate comienza un refrescante paso a la

Merienda del cochinito en la Dehesa…

Tres pequeños manjares comienzan esta tanda. Delicados aperitivos de embutidos.

Salchichón, emulsión de pimiento y crujiente de trigo en una bonita presentación.

Paté, encurtidos y plátano macho

Lomo doblao, una pequeña tostada con tartar de lomo doblado, ese lomo que se hace con ibérico de bellota, limpio de grasa antes de adobarlo y que se llama así porque la pieza se dobla por la mitad antes de embucharla, un sabor extraordinario, lo coronan con unos berros picantes. Imposible describir el sabor de esta delicatesen.

Seguimos con el cochinito y su merienda con la

Empanadilla de taro, manteca y comino, un cásico guiso de Extremadura envuelto en taro, un tubérculo parecido a la patata originario de Asia.

A estas alturas ya el disfrute es máximo y miras al equipo con complicidad y te anuncia que aquello no va a bajar de nivel sino todo lo contrario.

Uno de mis platos favoritos de la cocina italiana es el Vitelo Tonnato. Aquí hacen una versión increíble, el Porco Tonato, con alcaparras fritas y pimienta negra

Un atractivo homenaje al bocata de calamares, Bollo de tinta, con calamar y guiso de oreja, una mezcla mar y montaña que se repite a lo largo del menú, por ejemplo, con el siguiente Torreznos, vieiras con cítricos y suero de cebolletas

El primero para chuparte literalmente los dedos, ya que no se utiliza ningún cubierto como en muchas de las elaboraciones. Y el segundo una mezcla delicada, una exquisitez

¿Puede mezclarse un producto tan modesto como la papada de cerdo con algo tan sofisticado como el caviar?

Pues Toño se atreve y consigue un regalo para el paladar con su

Flan de papada y caviar

Y pasamos al Cochinito tradicional…

En una cuchara, un sutil

Lagarto ibérico en esferas con garam masala y espuma de coco, toque indio también en esta carta.

Seguimos con Carbonara con raíz de apio, lomo ahumado y yema de huevo

Espectacular la Careta de cerdo, cigala y jugo cremoso de ave, volviendo a la mezcla mar y montaña, un clásico en la casa y no me extraña que lo sigan manteniendo porque es imprescindible.

Más reconocible y contundente, no por ello menos rico la

 Presa con costra de semillas y puré de patatas, que remató la parte salada del festín.

Y cómo no!! Teníamos que llegar al Cochinito goloso…

¡Ay! Que gozada,

Empezamos con Jamón y queso, bizcocho de té matcha y membrillo, en una ya habitual imaginativa presentación con jamón y queso en forma de cerdito. El plato combina a la perfección otro producto estrella de la tierra, la torta del casar, sabor intenso en unas delicadas esferas y en helado, con el dulce de membrillo, bizcochos de té matcha y para refrescar unos cubitos de manzana. Es indescriptible.

No podía faltar el chocolate

Chocolate ibérico, con café y jamón rancio.

Sabores que se funden, el dulce del ganaché de chocolate, el amargo del helado de café, el toque que le da el pequeño bizcocho de aceite de oliva, el detalle del papel de oro… y os preguntareis ¿Dónde está aquí el cerdito? Pues en la sustitución de la manteca de cacao por la de jamón que le da ese punto rancio diferente. Magistral.

Otro detalle precioso es La cereza que no es cereza, un trampantojo de gelatina de cereza, el rabito de chocolate y los huesitos también de chocolate, un primor.

Y para terminar,

Si ya se acaba… que pena,

Golosinas y que viene el coco

Un despliegue en mesa de eso golosinas, bocaditos, trufas, pequeños bizcochos, delicados macarons y unas galletas de coco presentadas en un bonito árbol. Todo absolutamente perfecto.

Además, como estábamos de celebración con una perfectamente orquestada discreción tuvieron un detalle de felicitación.

Una comida inolvidable.

El legado de las abuelas. Restaurante Dama Juana

DAMA JUANA

Calle de Melchor Cobo Medina, 7
JAÉN
Teléfono: 953 00 64 54

En homenaje a su abuela Juana, Juan Aceituno puso el nombre a este proyecto que de momento ha conseguido una merecida estrella Michelin para Jaén.

Para mí Jaén era un capitulo pendiente, que se me ha quedado corto en esta escapada y que tendré que profundizar y que ha sido una sorpresa gastronómicamente hablando.

Da para mucho esta tierra de olivares, llena de historia y paisajes impresionantes.

La abuela Juana no tenía un restaurante pero era una cocinera experimentada, y de esas recetas caseras perfeccionadas a lo largo de los años tomó Juan inspiración para su cocina llena de fondos, historias y recuerdos.

Foto cedida por el restaurante

En un salón amplio en tonos crudos, con un detalle muy original en las paredes, unos abanicos hechos de cubiertos dorados que le dan un toque especial. Con dos o tres detalles vintage, como el espejo en la sala o el aparador de la entrada. Ambiente relajado y agradable, que completan David al frente de un equipo cálido y atento.

Elegimos el menú Sierra Sur, en honor de la comarca del sur de Jaén donde predomina una rica vegetación, montañas escarpadas, cortijos centenarios y una gastronomía muy arraigada a sus pueblos y aldeas, según sus propias palabras.

Para abrir boca y esperar un lujo como no podía ser de otra manera el aceite de su propia cosecha y la manteca colorá. El aceite insuperable como todos los que he probado en la provincia y el toque de la manteca impresionante.

Nos llenan la mesa con una selección de aperitivos, que en conjunto forman una foto fantástica y por separado una delicia cada bocado.

La tarta de calabaza, pimiento rojo y champiñones, delicada y con una bonita presentación

El Berberecho en ajo blanco que contrasta con el sabor del Pastrami de cerdo en orza, dos bocados absolutamente diferentes pero perfectamente conjuntados

Y a su lado la Chuleta de rape, más consistente en textura y suave en sabor.

Como colofón a este conjunto las Trufas de Choto al Jerez, potentes y en una muy original presentación

Dos bocados calientes, El buñuelo de oreja, explosión de sabor en boca y la Croqueta de cocido y jamón, no por clásica menos buena.

Y después de esta maravilla, entramos en materia con los entrantes.

Ensalada tibia de conejo en escabeche, típico plato tradicional de la zona a veces con perdiz o con trucha. En este caso al conejo le va muy bien la técnica y con el fondo que lleva lo bordan.

Su particular Conserva de tomates, según palabras de Juan Aceituno en la alacena de su abuela siempre había tarros de tomates con pimientos rojos y cebollas y con ese recuerdo ha elaborado este platazo que rematan con un jugo de pimiento rojo.

Más verdura con esta Col con bearnesa de café y champiñón, mejor probar que describirlo, un producto modesto elevado a la máxima categoría.

Y como remate un plato homenaje a Juana La morcilla de la Juana. Potente, potente de sabor.

Y llegamos a los platos fuertes,

Elegimos Trucha de Cazorla, siguiendo con los productos de la tierra.

Y Gamo glaseado con ajos fritos y nata de ajos asados, una delicia ambos platos.

Cuando llega el postre, parece romper el minimalismo de los platos con un buen pedazo de Esponja de chocolate con helado de avellanas, lástima que a estas alturas ya estaba derrotada y totalmente satisfecha, si no hubiese repetido ración.

Culmina el extraordinario menú con una pequeña pastelería servida en un bonito olivo.

El Amor y La Cocina. Restaurante Tula

TULA

Av. De la Llibertat, 36
XÁBIA, ALICANTE
Teléfono: 966471745

Hacía varios años que deseaba probar este restaurante. Alguna vez volviendo de la playa intentaba reservar, pero la demanda desde el principio fue tal, que se volvió ardua tarea.

Este año ya no lo podía dejar pasar y planificado con tiempo lo conseguí. Y no sólo una vez, sino que tuvieron la amabilidad de volverme a llamar, como yo les pedí, si tenían una anulación de reserva antes de finalizar mis vacaciones. Así es que doble gozada.

Tula es el proyecto personal de Borja y Clara, una pareja, que como en esas historias que se ven en el cine, después de formarse cada uno por su lado, se conocieron trabajando con Quique Dacosta y desde ahí siguieron por distintas experiencias profesionales, pero ya juntos, hasta decidir abrir su propio restaurante.

Por esas carambolas del destino, aterrizaron en Jávea cuando lo que en principio querían era abrir en Madrid, decisión que no me hubiese importado en absoluto.

Es un local pequeño, con pocas mesas en mármol desnudo. Sus paredes color visón y friso de azulejo, la bonita composición de cuadros, su librería con los potos trepadores tal y como los tendríamos en el salón de nuestra casa, conforman un ambiente muy acogedor. Los cojines en el sofá corrido completan el look.

Esa sencillez se traslada al trato al cliente por parte de Clara que lleva la sala y otra persona en el equipo pendiente de cada detalle.

Y Borja, que con su pequeño equipo en la cocina, elabora unas maravillas, que, con pasión, luego te explica cuando te las trae a la mesa.

Tula se llama así en homenaje a la abuela de Borja, cocinera durante muchos años en Azuqueca de Henares, un pueblo cercano a Madrid y de la que según cuenta aprendió a cocinar.

Con una merecida estrella Michelin, su oferta se basa en unos poquitos platos como base y algunas sugerencias fuera de carta.

No tienen menú degustación, como suele ser habitual en un Michelin, así pues, el comensal se diseña su propio menú, ayudado por los consejos de Clara, que te asesora en cuanto a raciones, cantidades, sabores, combinaciones para elaborar una degustación perfecta.

Los platos están pensados para poderlos compartir y al servirlos los traen perfectamente emplatados por separado, un detalle digno de mención porque muchas veces cuando queremos compartir un plato al dividirlo el cliente no suele ser capaz de medir la cantidad exacta de los ingredientes para degustar el plato en toda su dimensión.

Las reservas las hacen perfectamente escalonadas para que el cliente se tome su tiempo, mientras te ponen un sencillo y rico aperitivo, acompañado de pan y aceite en un original envase, Clara te va orientando acerca de los platos.

Uno de sus clásicos es el Taco de hoja de shisho con panceta, anguila ahumada y misonesa.

Para comer con las manos envuelto en la hoja de shisho un bocado de sabor increíble, y literalmente para chuparse los dedos, por lo menos es lo que yo hice.

Su Croqueta de blanquet a la brasa, cebolleta y queso de cabra es perfecta, el blanquet es un embutido tradicional de la Comunidad Valenciana, es como una salchicha blanca o una especie de butifarra.

La mezcla de sabor con el queso, la cremosidad y el punto de rebozado la hacen otro bocado imprescindible.

Deliciosa la Gamba blanca con escabeche emulsionado de pollo, coliflor y almendra

Mezclas que se repiten en su carta, mar, caza, montaña en una fusión de potente sabor.

Unas originales Cocochas de merluza y velouté de coco y limón de suavidad exquisita que no tienen nada que envidiar a las tradicionales cocochas al pil pil a las que estamos acostumbrados

En esta mezcla continua de sabores unos Sepionet con salsa de torreznos fuera de carta, plato sorprendente. El sepionet es una exquisitez de la familia de la sepia más pequeño y tierno y yo diría más meloso. No lo había probado nunca y con esta salsa resultó innovador.

Más delicado de sabor la Lecha con escabeche de zanahoria y gamba y zanahorias en papillot, simplemente delicioso.

Más conocido como pez limón, este año lo estoy probando en diversas elaboraciones. En este momento es bastante apreciado por ser rico en Omega 3. El punto que le da Borja te va anticipando de lo que es capaz de hacer con el pescado, y que pude constatar la segunda vez con el

Rape en adobo de aceituna negra y pebrella, jugo de hervido y salsa cardinale de quisquilla.

Estudioso de los pescados, últimamente trabaja en la maduración de los mismos y las técnicas de curado y está impulsando la elaboración y comercialización de embutidos marinos al igual que hace Ángel León.

Es quizás por ello que comiendo este rape me recordaba a los embutidos que hacía mi abuela con ese olor de ahumado de chimenea de pueblo. Un platazo de diez.

Como no todo es pescado, Las Mollejas de ternera con bechamel merengada, praliné de ajo asado y su jugo mantienen el nivel de una maravillosa cocina.

En el capítulo de los postres no se quedan atrás.

Impresionada por Coliflor, chocolate blanco y limón, maestros en mezclar sabores no podían ser menos en los dulces.

Su particular y deliciosa tarta de queso, Pan, queso servilleta y aceite.

El queso servilleta siguiendo con su modo de actuar, sirviéndose de proveedores y productos locales, es un queso típicamente valenciano y se llama así por su proceso de elaboración en el que se prensa y escurre el suero de la leche con una servilleta anudada.

En homenaje a Casa Gerardo donde Borja y Clara se formaron hacen el Arroz con leche caramelizado, que me dejó sin palabras.

Y para los chocolateros. Los que me seguís, sabéis que llevo uno siempre a mi lado, el Buñuelo, chocolate, cacahuete y calabaza con un punto picante, espectacular como el resto.

Punto y final para una redonda velada, dos en este verano de descubrimientos gastronómicos. Y este sin duda va a formar parte de mi agenda estival.

Segunda estrella, segunda visita. Restaurante Bonamb

BONAMB

Carrer Benitachell, 100
XÁBIA, ALICANTE
Teléfono: 965 08 44 40

Hace más de cinco años, con su primera estrella Michelín probé su menú y os conté la experiencia en una de mis primeras entradas en este blog.

Ahora con la segunda estrella consolidada en unos cuantos años y pasados los apuros y esfuerzos por el covid, he querido volver a vivir la experiencia aprovechando su décimo aniversario y el menú especial que para ello ha elaborado.

El sitio sigue siendo muy acogedor, una casa de campo restaurada con un entorno precioso ajardinado y salpicado de esculturas, esta vez pude disfrutar de su terraza, con mesas separadas amplias y salpicada de esculturas y muebles de madera y forja elaborados por artesanos de la zona.

Preciosa también la vajilla que personalizan en cada temporada.

En cuanto a su menú, basado en el pescado y el marisco de sabores muy intensos, para paladares fuertes, incluyen un solo plato de carne al final.

Nos recibieron en su Mesa Ancestral con una degustación de caballa prebrella, corvina en pimentón y bonito curry, salazones que recuperan aromas y sabores de antiguas civilizaciones intensos y muy originales, antesala de lo que nos esperaba.

Ya en mesa empezamos con unos aperitivos.

Un indescriptible Flan !!! mezcla de texturas y sabores, muy rico, una original Coca de Parfait,

Un delicioso Profiterol de Merluza, unos Mochis, un exquisito pastelito japonés de pescado, y una sopa fría de Tomates Fermentados

Seguimos con un trio fuerte de sabor a modo de embutido marino,

Magro, Cabeza de cerdo marino y Ventresca

Para refrescar y darte un pequeño descanso uno de los que más me gustaron

Pimientos y pulpo

Muy original la Boloñesa de Navajas y Erizos, ya he dicho que los platos son todos de un sabor fuertísimo y este sin duda se lleva el premio. A mí me resulto excesivamente fuerte, sobre todo porque a estas alturas ya estaba un poco saturada de tanta intensidad.

Seguimos con unas Quisquillas filtradas con grasa y escabeche

Y el único plato de carne El Pichon, sin descanso en la intensidad

Sin duda un menú digno de dos estrellas Michelin, aunque para mi gusto difícil por lo fuerte de las texturas y los sabores, en la anterior ocasión recuerdo un menú más variado en intensidad y lo disfruté más.

Un respiro fue su refrescante postre, Frescura Mediterránea, una especie de nube golosina con un interior helado muy fresco.

Y el Postre Inesperado. Delicioso para terminar.

Y los Mignardises

En resumen, una experiencia con luces y sombras, achacables evidentemente a mi gusto personal.

Unas Brasas Michelin. Restaurante Eneko

 

ENEKO

Barrio Legina s/n
LARRABETZU, BIZKAIA
Teléfono: 94 455 88 66

 

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Que se puede de decir de Eneko Atxa que no se haya contado ya. Con cinco estrellas Michelin y muchos años de experiencia con solo 42 años, es una autoridad  internacional en gastronomía.

Tenía muchas ganas de probar la experiencia de su local Eneko en Larrabetzu, Bilbao.

En medio del monte rodeado de ese verde que caracteriza a Euskadi, una enorme escalera y un viñedo, separan sus dos restaurantes. El de arriba su ya mítico Azurmendi con tres estrellas y abajo su apuesta más cercana en el tiempo y para el bolsillo.

 

 

En una gran sala, donde la protagonista es la cocina vista, con el personal trabajando a buen ritmo, la decoración austera y moderna, sin mantelería, mobiliario de estilo nórdico, libre de aderezos, tan solo unas pequeñas composiciones de fotos al lado de algunas mesas y el detalle de las lámparas suspendidas sobre cada una de ellas, dándole el toque cálido a una iluminación natural que en días abiertos entra por un inmenso ventanal con unas vistas impresionantes.

 

 

Ofrecen un menú único al que llaman Sutan que en euskera significa “en llamas o a fuego”. Cocina a la brasa, como dicen ellos,  De vuelta al origen.

Se puede optar acompañarlo de maridaje, pero como ya sabéis, los que me seguís, no soy muy amiga de esta opción. Prefiero elegir un vino que acompañe a todos los platos y normalmente me dejo aconsejar por el sumiller. En esta ocasión, como no podía ser de otra manera, quisimos probar uno de su propia bodega, AMA, un Txacolí distinto, elegante, sedoso, perfecto para la ocasión.

Antes de empezar nos sirvieron un aperitivo, Mantequilla de cebollino con pan de cristal, un toque diferente a la mantequilla con la que esperamos el menú esta vez acompañada de un original vermú servido en unas diminutas botellas.

 

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Y empezamos la fiesta con los primeros bocados,

 

Guisante seco, Limón grass y Brioche de zancarrón, mezcla de sabores y texturas para comenzar.

 

En una cuidada presentación seguimos con Ostra a la brasa, ceniza de aceituna y aire de mantequilla tostada

 

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No soy muy fan de las ostras, pero esto tiene otra dimensión, y reconozco que me pareció exquisita.

Cubierto con una campana viene uno de los platos que más me gustaron, Bogavante asado, aceite de hierbas y aroma al sarmiento

 

 

Increíble también, la Yema de huevo de caserío sobre estofado de trigo y jugo de pimientos asados al carbón

 

YEMA DE HUEVO

Nos sugieren explotar la yema y mezclarlo todo, y el resultado es espectacular, difícil describir la mezcla de sabores, intenso y diferente.

 

Correcta la Merluza en tempura

MERLUZA

 

Y muy bueno el Solomillo, pesto y gnoquis de carranzana, para mi gusto el pesto le da un toque especial a la carne.

 

SOLOMILLO

 

Con los postres dan a elegir entre dos, así es que, como eramos dos, pues los compartimos para poder probarlos.

Me gustó más el de Frutos rojos y queso de Etxano

 

FRUTOS ROJOS

 

Sin desmerecer en absoluto la Torrija a la brasa y helado de leche de caserío, que también estaba muy rica.

 

TORRIJA

 

Unos Petit fours, pusieron fin al excelente menú.

 

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El trato exquisito y profesional por parte de todo el personal  hizo que las casi tres horas de comida trascurrieran sin apenas darnos cuenta disfrutando de cada detalle.

 

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Viaje a Al-Andalus. Restaurante Noor

TARJETA 1

 

NOOR

Pablo Ruiz Picasso 6
CÓRDOBA
Teléfono: 957 964 055

 

 

No deja indiferente la experiencia en este restaurante.

Cuando entramos en un Michelin es verdad que siempre esperas que te sorprendan, sobre todo si ya has visitado alguno. Es cierto que la cocina es muy importante pero la puesta en escena completa la experiencia.

En esta ocasión lo primero que sorprende es su localización, en un barrio apartado de la zona turística de Córdoba y del centro mismo. En un barrio obrero, en una casa sin ventanas ni ninguna seña destacable que indique lo que esconde en su interior, tan solo el revestimiento de la fachada puede dar una pista.

 

RITUAL LAVAMANOS

Tras tocar el timbre como si de un club secreto se tratase el personal, que te recibe con un pintoresco uniforme, te acompaña por un pasillo en penumbra al primer rito extraordinario con el que empieza la experiencia, el lavado de manos con agua de azahar reviviendo una ancestral costumbre árabe. ¡Empieza el espectáculo!

SALA

Es muy curioso que en cuanto entras en la sala cambie tanto el ambiente. De la penumbra pasamos a una luminosidad excesiva, quizás se deba a que Noor en árabe significa luz. Un espacio minimalista con mesas redondas, blancas, sin mantel; blanco también en las paredes desnudas; la cocina vista al fondo y todos los comensales mirando hacia ella. Destacando así el suelo, un original mosaico y su techo, una enorme estructura de madera a modo de cúpula, impactante, dando a la sala un singular juego de luces, que atenúa el exceso de luz.

CÚPULA

Así con esta decoración destacan mucho más los detalles cómo la  preciosa vajilla o los cubiertos y posacubiertos.

En cuanto a la cocina, su artífice es el reconocido Chef Paco Morales quien te recibe y asesora junto a un equipo perfectamente coordinado.

Su proyecto se basa en la cocina andalusí de la época musulmana, empezando por el siglo X y que cada temporada va evolucionando siglo a siglo. En esta ocasión nos tocó el periodo que va del XII al XIII, los imperios  Almorávide y Almohade. Una reinterpretación con toques de modernidad y con las técnicas más avanzadas. Cómo curiosidad el detalle de que no incluya en sus materias primas ningún ingrediente posterior al descubrimiento de América, por lo tanto nada de patatas, chocolate o tomates, por ejemplo.

Otro detalle en la presentación de la mesa es que el pan se sitúe a la derecha como es tradicional en la cultura árabe.

PAN

Tienen tres menús degustación. Elegí el bereber

Aunque ofrecen maridaje, ya he comentado en alguna ocasión que prefiero elegir un vino que acompañe todo el menú y suelo dejarme aconsejar en este sentido por el sumiller, llegamos a un consenso sobre un tinto de la Ribeira Sacra que no defraudó.

Empezamos con un Pan de Limón Quemado, bonito semicurado y Albaqdunis; Aliño de Pepino y menta de naranja y Botarga de Garum andalusí. Un buen comienzo como aperitivo.

APERITIVO

Comenzamos los primeros con Karim de Almendra tostada, erizo del Sáhara y manzana verde con Zumaque. Con una presentación preciosa en su simetría diminuta, aunque te expliquen el plato, te pasas un rato adivinando su composición a partir de los novedosos sabores.

KARIM

Sigue una Menestra de verduras, untuoso de abadejo y café. No dejan de sorprenderme el partido que los “Estrella Michelin” sacan a las verduras. Ya me ha ocurrido en otras ocasiones, cocciones perfectas y sabores intensos que nunca encuentro en otro tipo de restaurantes.

MENESTRA

El tercer entrante Setas salteadas, yema de huevo de campo y caracoles a la menta, me costó un poco más, ya que los caracoles no son mi fuerte y la yema de huevo con esa textura tampoco.

SETAS Y CARACOLES

Como segundos empezamos por una Lubina del estero del rio Guadalquivir con su tartar y emulsión de sus cabezas.

LUBINA

Y Paletilla glaseada de Cordero y su lomo con anchoa y cous-cous vegetal. En esta ocasión la mezcla de la anchoa con el cordero no me terminó de enamorar aunque el plato en conjunto estuvo correcto.

PALETILLA

Y los postres,

Una refrescante Naranja del barrio con su sopa de Azahar, pesto dulce y albahaca

NARANJA

Y el broche de la noche ¿Chocolate? ¿No había mencionado que entre sus materias primas no incluyen el chocolate?

ALGARROBA

No, Algarroba Almorávide 2018, un auténtico plato de chocolate sin chocolate que si no te lo cuentan, no te lo crees. Es un sabor parecidísimo aunque menos amargo.

AZUCARERO

Un viaje al pasado en el siglo XXI.

DETALLE BAÑO

Un paseo por la ruta de la seda. Restaurante Gaytan

GAYTAN

C/ Príncipe de Vergara, 205
MADRID
Teléfono 91 348 50 30

La ruta de la seda fue una red de rutas comerciales que, partiendo del negocio de la seda en el siglo I a. C., se fue extendiendo a través de Asía, India, Persia, pasando por África o Europa y  llegando, a lo largo de los siglos, hasta países mediterráneos como Italia o España, incluyendo en  sus mercancías  piedras preciosas, especias, perfumes y otros exóticos productos, que marcó un hito en el mundo, descubriendo con este intercambio, culturas y costumbres desconocidas.

Este es el hilo conductor del menú de Javier Aranda, chef ya reconocido con una muy merecida estrella Michelin en La Cabra. Con una interpretación de la cocina de los distintos países por donde viajas, sin levantarte de la mesa y adaptada al gusto español en algunos de sus productos.

Infinitos detalles se observan desde que entras al local, una sala enorme, un juego de luces y sombras perfecto, su decoración minimalista, con unas impresionantes columnas cubiertas de láminas de madera, unas originales mesas de raíz desnudas, suficientemente separadas y mirando a la estrella del local: su gran cocina ovalada, de un blanco luminoso, donde como si de un escenario se tratase los comensales ven paso a paso como se va elaborando el menú.

Comenzamos con un cóctel de bienvenida, que empieza con un raspado de hielo con zumo de piña y mango, albahaca y cilantro, jengibre y azúcar moscovado. Curiosa la maquina del siglo XIX, donde se elabora este granizado, originaria de Venezuela, una preciosidad. Después nos ofrecieron dos delicias más, un melocotón infusionado con  Palo Cortado y una copa de ron, curry y chocolate. No está mal para entrar en materia.

Completa la bienvenida un pequeño juego de trueque que se desvela durante la cena.

Y una vez sentados comienza el espectáculo. Partiendo de Xian y terminando en Madrid, nos embarcamos en un viaje a través de La ruta de la seda y las especias con una puesta en escena muy cuidada hasta el último detalle.

Curioso es, por ejemplo, que hasta los posacubiertos se cambian en alusión al país del que se está degustando el plato.

Partimos de China con una pequeña infusión de pollo con mirin, hoja de sisho y setas chinas.

Seguimos con una versión del sándwich más antiguo del mundo, el RouJia Mo, hecho con cordero en lugar de cerdo que es su versión original.

Uno de los que más me gustaron fue el Pato Pekin, un delicioso taco de hoisin crujiente conteniendo un confit de pato con pepino y puerro. Lo sirven sobre una reproducción de la Gran Muralla China, preciosa presentación para un plato exquisito.

Y saltamos a Mongolia.

Otra original puesta en escena. Una taleguilla de piel cuyo interior esconde un tartar de chicharro fermentado en miso y sake, que el comensal golpea suavemente sobre la mesa, en un recuerdo a lo que dice la tradición del origen del steak tartar. Cuentan algunas crónicas que las largas jornadas del guerrero pueblo tártaro no les dejaba apenas tiempo para comer, por eso llevaban la carne cruda bajo la silla de montar y se iba macerando en el camino.

Este plato se acompaña de chips de patata morada, ajo negro, yema de huevo y unos originales cubiertos para su preparación. Delicioso

De Nepal nos sirvieron un Momo de habitas verdes acompañado de una barbacoa mini de presa ibérica en un original hornillo sobre la mesa, en Nepal nos contaron que se hace con búfalo. Me encantaron las mezclas de sabores.

En Persia nos pusieron un Rodaballo con una mouse de berenjena y un crujiente de arroz.

Italia no podía estar representada sin hacer mención a su plato estrella, la pasta, aquí interpretada con un ravioli deconstruido de pollo de corral, muy interesante y acertado con un pesto delicioso y acompañado de una pequeña focaccia.

Y llegó la hora de los postres:

Francia y España son los protagonistas.

En Francia un milhojas de pasta brick rellena de ganache de chocolate y naranja confitada, la sirven sobre un precioso atril y con forma de libro. Riquísimo postre.

Y para terminar un castizo Chocolate con churros en su original versión, una imagen vale más que mil palabras.

Lo único que me pareció más flojito fue el maridaje. No suelo elegirlo en otras ocasiones que se han dado, pues me gusta más pedir un vino de mi gusto, que maride con todos los platos y normalmente el sumiller suele aconsejarme, pero en esta ocasión no estuvo en la recepción y al explicarnos el maître el menú, nos vimos un poco guiados hacía esta opción, que dado que era un viaje por distintos países, consideramos podría ser interesante. No fue así. No me pareció muy original mezclar China con un jerez, y el resto de vinos, aunque correctos, no destacaron en ningún momento. Imagino que lo intentan adaptar al gusto español, pero, podría ser un detalle ofrecer un vino italiano o un francés, muy del gusto mediterráneo, cuando llegamos a estos países.

Una atención correctísima, como no podría ser de otra forma y el espectáculo de estar viendo trabajar en la cocina, remata una experiencia muy interesante.

Una experiencia marina extraordinaria. Restaurante El Rodat

EL RODAT

Carrer de la Murciana, 9
JÁVEA, ALICANTE
Teléfono: 96 647 07 10

¿Se puede estar tres horas cenando y disfrutar cada segundo?

Si, se puede. Es lo que consigue el chef Nazario Cano y su equipo, Edurne Martín, la excepcional jefa de sala y el encantador sumiller, Joan Coll en el restaurante El Rodat.

La cocina de Nazario Cano es pura innovación. Con una base de la cocina tradicional valenciana, su propuesta es una experimentación de aromas, texturas, sabores, y colores apelando a todos los sentidos en una mezcla perfecta.

Con una dilatada experiencia, su técnica convierte la materia prima en una fiesta digna de la Estrella Michelín que posee.

Sus diferentes menús degustación están dedicados al mar,” La Cala”; “La Bahía”; El Litoral” y “Mar Abierto”, pescados y mariscos de la zona conforman su base.

Elegimos “La Bahía”, y no nos defraudó la experiencia.

En un entorno tranquilo, con una decoración minimalista sin apenas adornos, con colores suaves, mesas amplias y separadas, sin prisa, sin pausa, disfrutando de los cinco sentidos, así es como trascurre la velada con una puesta en escena extraordinaria. Es puro espectáculo.

Empezando por La Bienvenida.

Nos explica Edurne que lo que quiere transmitirnos, es sumergirse en  Jávea y yo, que llevo muchos años visitando esta localidad, se perfectamente a lo que se refiere.

Jávea es mar y naranjos y para recrearlo te dan unos auriculares para oír el sonido del mar, y al mismo tiempo, en una caracola al tacto muy fría, degustas un caldo de berberechos, mientras contemplas y hueles un centro de mesa con hojas de naranjo y hielo seco sobre el que depositan agua creando un efecto espectacular con el humo y olor a azahar.

Inmersión total con los cinco sentidos en el menú que nos espera. Bienvenida de diez.

Y antes de empezar con el menú nos traen los Aperitivos del Mar.

Un despliegue de pequeños bocados que disponen en la mesa con una puesta en escena fantástica….¿me estoy repitiendo? Si, es que toda la noche es así, llena de detalles y atenciones.

Entre los aperitivos destacan unas cintas fritas, con un gusto agridulce y un toque picante.

CINTAS

O los exquisitos bombones de mar, indescriptibles, brazo de gitano de mantequilla de algas, hamburguesitas de mar con lechuga de mar y pesto de algas, bombones de ostras y chocolate blanco, una maravilla.,

APERITIVOS VERDES

Y así uno tras otro distintos sabores y texturas, a los que siguen un pulpo seco, muy típico de la zona, pero por supuesto tratado de otra forma y singularmente puesto sobre una pequeña red negra que “tiran” sobre la mesa y, un original cangrejo del que se come todo, hecho de las cascaras del molusco y relleno de su carne. Un bocado delicioso.

Y empezamos el menú,

Una Pescadilla encurtida en pil pil frio de sus cabezas. Un plato redondo.

Morralet con caldo Thai, una aportación asiática a su cocina mediterránea

Seguimos con Panceta de Mar, agua de legumbres y denso de tocino ahumado.

A estas alturas presentan un plato que para mi gusto fue el mejor de la noche, si es que se puede elegir.

Caballa, helado de salmorejo con salmorreta de humo y tomates de “penjar” confitados.

Espectacular. La salmorreta es la base de los arroces de Alicante, una mezcla de ñoras, tomate, sal, ajos y aceite. Claro está, como no podía ser de otra manera, el chef la utiliza para cubrir un delicioso helado de salmorejo. La caballa, eje principal del plato, se termina en mesa y te proporcionan para ello un reloj de arena con el tiempo justo para cocerla. Acompañados de unos tomates “de colgar” confitados.

Si a estas alturas ya estaba en disfrute total, todavía quedaba más.

Morteruelo de mar, no sé como lo consigue, pero es el sabor típico del morteruelo conquense pero en marino. Muy original.

Unas muy ricas Cocochas a la parrilla, entorno y viajes

Y Un rape de roca, ajo blanco de sus cabezas, foie en salazón y paté de sus interiores.

Y llegamos a los postres, que como no, también sorprendieron por su originalidad y presentación.

Empezamos con un Mantecado de tomate verde, melón, apio y aroma de pino, deliciosa la combinación.

Y unas Milhojas de berenjena y limón con toffee de sus pieles, una joya.

Todo ello acompañado de un buen vino recomendado por Joan Coll, un gran profesional con el que da gusto conversar y aprender.

La atención del personal de sala está perfectamente sincronizada con el espectáculo que es el menú. La simpatía de Edurne Martín y sus meticulosas explicaciones con cada plato te hacen comprender la complejidad y la creatividad de una merecida estrella Michelin.

En definitiva una gozada.

En un palacio cántabro dos estrellas Michelín. Restaurante Cenador de Amós

CENADOR DE AMÓS

Plaza del Sol, s/n
VILLAVERDE DE PONTONES, CANTABRIA
Teléfono: 942 50 82 43

En un pequeño pueblo de Cantabria, Villaverde de Pontones destaca un palacio del siglo XVIII, El Palacio Mazarrasa.

Este edificio es el que utilizaron Jesús Sánchez y su mujer Marián Martínez para ubicar su restaurante y en 1993 abrieron El Cenador de Amós.

Se me ocurrió llamar sobre la marcha, paseando por la zona y tuve suerte de que me diesen mesa el mismo día. Nada más llegar nos recibieron como si de los anfitriones de una casa particular se tratase, enseñándonos, en primer lugar el palacio. Rompiendo el hielo con un aperitivo de anchoas, como no podía ser de otra manera, pasamos a ver la fantástica bodega con unas 500 referencias, curioseando sin prisa sobre una colección, que el sumiller nos iba enseñando con la pasión de quien sin duda disfruta de su profesión.

A continuación subimos a ver la panadería, una instalación reciente, donde desde 2017 elaboran, con masa madre de harina de trigo ecológica, el pan, que luego vas a degustar con el menú.

En un pequeño salón con chimenea, antiguo comedor de la casa, con un precioso suelo de baldosas a juego con el friso de las paredes, pasamos a tomar otro aperitivo servido por un encantador murciano, que nos explicó el orden y la forma más adecuada de tomarlo. Exquisito comienzo para lo que venía después.

El comedor principal  está situado en lo que era el antiguo patio por donde entraban los coches de caballos. Reformado, conservando los arcos de piedra, la madera de castaño y roble, las puertas con cristal soplado, perfectamente combinado el espacio impolutamente blanco con detalles minimalistas más modernos, mezclado con algún mueble antiguo, hacen un conjunto luminoso y bellísimo.

Posee también otros comedores con una decoración diferente, aunque éste en el que estuvimos me pareció perfecto.

Y ¿qué decir de la cocina de un dos estrellas Michelín?, pues que aquí la calidad y esmero ya la esperas, y siempre nos sorprenden.

La cocina de Jesús se basa en el buen producto de mercado y temporada llevado al más alto nivel en la elaboración y presentación.

Tiene tres menús degustación.

Elegimos In-Esencia por recomendación especial del maître y desde luego fue un acierto. Además, tuvieron el detalle de cambiarme uno de los platos que componen el menú porque no me apetecía mucho, algo que en otros restaurantes no suelen hacerlo para un solo comensal, al ser menú cerrado.

Maridamos con un vino de la Ribera Sacra recomendación del sumiller que acompañó perfectamente todos los platos.

Empezamos con un crujiente de borraja y asado de verduras, riquísimo,

Una ensalada de bocado, lechuga de anero y vinagreta de mostaza, una fresca explosión de sabor.

Perfecto de foie sobre bizcocho de aceituna negra, increíblemente rico, los toques de la esfera de melocotón que acompañan, además de dar al plato una visión más preciosista, el sabor es inigualable.

La huerta de Navarra con licuado de guisante lágrima, la perfección hecha plato, deliciosas las verduras, el punto, el sabor en estado puro.

Cocido marino con anguila, verduras y bogavante,

De segundos  Un lenguado con vinagreta de tomate, el que me resultó más normal, estando rico también y  un más que excelente Ciervo a la parrilla con salsa de vino tinto,

De postre

Tallarines de mango y maracuyá con sopa cítrica, delicioso,

Y Chocolates de origen, praliné de avellanas y helado de café.

Como colofón el detalle final de los petit four, una presentación de diez, que me recordaba a una maqueta en miniatura  de una de esas habitaciones japonesas donde se realiza la ceremonia del té.

Mención especial al servicio de una profesionalidad, amabilidad y cercanía que nos hizo vivir una experiencia muy agradable.