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Mirando a Alquezar. Restaurante Casa pardina

CASA PARDINA

Medio s/n
ALQUÉZAR, HUESCA
Teléfono 974318425

 

Alquezar es uno de los pueblos más bonitos de España, así está catalogado y cierto que lo es. Después de una mañana en las pasarelas del rio Vero no hay nada mejor que rematar con una fantástica comida en este restaurante.

Fiel al entorno Casa Pardina ubicada en una típica casa aragonesa de piedra, restaurada hasta el mínimo detalle, tiene una decoración elegante y cuidada, con espacios distribuidos a distintas alturas creando acogedores rincones, cómodas mesas con grandes faldones y sillas de piel y una fantástica luz que entra por sus grandes ventanales, con unas maravillosas vistas.

Las hermanas Blasco,  Mari en la cocina y Ana en la sala  son las que hicieron de su casa familiar este lugar tan encantador.

 

Mientras que eliges en carta el menú, te reciben con una cata de aceites de la zona, acompañados de longaniza de Graus presentada en una lata y pan. La verdad es que es algo que me sorprendió gratamente, no conocía la calidad extraordinaria y variedad de los aceites del Somontano.

Probamos el Verdeña, el Negral y el Alquezrana, afrutados con un toque picante y distintas intensidades, deliciosos todos. Es un detalle fantástico que promociona uno de los productos más exclusivos de la zona y que por supuesto, invita como fue en mi caso, a comprar una buena muestra para disfrutar luego en casa.

 

Su cocina es tradicional con algún detalle más creativo. Tienen dos menús a elegir, uno con una degustación de entrantes a compartir y el otro más económico en el que se elige un entrante, un segundo y postre de una variedad de platos más que suficiente, con vino del Somontano incluido. Elegimos este último y no me defraudó.

 

 

Fuera de carta Ana nos aconsejó un entrante compuesto por unos Champiñones rellenos de calabacín y unos calabacines rellenos de champiñón, sencillamente deliciosos, sin desmerecer el otro de Caracoles al ajoaceite espectaculares.

Los segundos abundantes para estómagos complacientes. Una paletilla a baja temperatura y un Bacalao con su muselina, riquísimo, del que me dio mucha pena dejar la mitad, tenía que dejar hueco para los postres, que según los veía pasar hacia otras mesas, no podía perdonar no probarlos.

La sopa de chocolate blanco con helado de mango y el Helado de mascarpone con chocolate caliente, remataron una comida realmente digna de repetir y a un precio más que razonable con la calidad del producto servido.

La atención esmeradísima de todo el personal y la calidez del lugar es el colofón a un día fantástico paseando por las calles medievales de una villa preciosa.

Relax y Confort en el Somontano. Hotel San Ramón

HOTEL SAN RAMÓN DEL SOMONTANO

Academia Cerbuna, 2
Telefono: 974 312 825
BARBASTRO, HUESCA

 

Un fin de semana por tierras del Somontano se queda muy corto, hay tantas cosas que ver que seguro que volveré. Después de las agotadoras excursiones hospedarse en la Suite San Ramón es el descanso ideal. Es la habitación más amplia de este hotel, su gran puerta diferente al resto, ya te da idea de lo exclusiva que es.

 

 

Un baño de cortesía en el hall,  que da paso a un coqueto salón  con televisión y un pequeño escritorio, son la antesala de la  zona de dormitorio, separada por una puerta, con una muy cómoda gran cama y mobiliario a la altura de un hotel de esta categoría.

 

 

Al fondo, la joya de la estancia, el baño con un jacuzzi redondo y muy amplio que te hará recuperarte del cansancio del día. Es un auténtico capricho muy moderno y de los mejores que he probado por su amplitud y comodidad, ideal para parejas, un lujo de relajación y confort.

 

Decorada en tonos blancos y negros con un estilo Art Nouveau que caracteriza al precioso edificio, declarado Bien Inventariado del Patrimonio Cultural del Gobierno de Aragón, el único detalle que ensombreció la estancia fue, que el minibar estaba casi vacío, concretamente tenía 3 refrescos, ni siquiera 2 de cada, ya que éramos una pareja, y 1 botella de agua,  algo que denota dejadez en la revisión de una habitación, que probablemente no se reserva muy a menudo. Algo que perdoné dada la calidad del resto de los elementos que la componen y un servicio de habitaciones rápido y eficiente.

 

Las vistas a la catedral y al centro de la ciudad de Barbastro desde lo más alto del hotel donde se ubica la habitación, también dan un plus a la estancia.

Cuenta también con spa y restaurante que utilizamos para desayunar en un entorno muy agradable.

 

 

 

 

 

En definitiva una opción muy recomendable para una escapada romántica, que se completa con una buena cena en alguno de los restaurantes del pueblo por ejemplo el que también recomiendo en este blog Bodega del Vero.

 

Magia en el sótano. Restaurante Bodega del Vero

BODEGA DEL VERO

Calle Romero, 13
BARBASTRO, HUESCA
Telefóno974 31 11 83

 

Después de una excursión por la zona, entrar en este restaurante es relajarse y disfrutar. Debajo de una tienda de ultramarinos se esconde una joya gourmet, una bodega sin wifi, sin apenas cobertura, sin carta, donde en un ambiente romántico, rodeados de un batiburrillo de antigüedades al calor de una chimenea y a la luz de las velas, nos introdujimos en una cena especial.

 

Para empezar la tienda, no es una tienda cualquiera. Se trata de un colmado con los productos más exclusivos de la zona, de una calidad extraordinaria. Tomando un vinito en la pequeña barra, que tienen en un rincón, nos decidimos a probar la cocina, viendo toda aquella variedad de manjares aragoneses.

 

Bajar al restaurante es toda una experiencia. Situado en una antigua chocolatería este sótano de piedra es hoy un comedor íntimo repleto de objetos diversos y mesas con la mantelería a juego con la vajilla rosa de la Cartuja a las que no les falta un detalle.

 

La gestión del restaurante es familiar y el trato también, me llamó la atención que el padre de los que hoy regentan el lugar, un señor octogenario ya jubilado, permanece sentado en la tienda pendiente de todo lo que pasa, saludando a los clientes y disfrutando de la charla que ofrece el visitante, muy lúcido y jovial.

 

Quién estuvo en todo momento pendiente de nosotros fue Vero, el alma de la sala y quien te elige y guía por la experiencia de la noche. No tienen carta. Su oferta se compone de los productos de la zona y es ella la que sugiere según observa al cliente. Es fantástico verla trabajar.

Como no teníamos mucho apetito nos ofreció una variedad de entrantes para picar un poco.

Tomamos un exquisito tomate rosa de Barbastro, unos embutidos deliciosos y unos patés con una original mermelada de violetas, altamente recomendable, no la había probado nunca y fue un descubrimiento. El pan con tomate con que lo acompañan junto con la degustación de aceite de la zona remataron una cena que me gustó tanto que volvimos la siguiente noche a probar otras tantas delicatesen, como la increíble tabla de quesos combinada con nueces orejones, uvas pasas, manzana y membrillo  o la ensalada de ventresca y espárragos de Navarra entre otros.

Las raciones son tan abundantes que no pudimos probar otras cosas que me apetecían, su oferta es tentadora, así es que me obligaré a volver por la zona y repetir experiencia.

 

El vino por supuesto del Somontano también lo eligió Vero y no nos defraudó. Y el precio al final más que razonable para la calidad ofrecida.

Y lo mejor el mimo, simpatía y atención del personal que nos hizo sentir muy confortables en todo momento. De esas veces en las que la sobremesa pasa sin prisas hasta bien entrada la noche.

Alrededor de la trufa. Restaurante Taberna de Lillas Pastia

TABERNA DE LILLAS PASTIA

Plaza Navarra, 4
HUESCA
Teléfono: 974 211 691

Original manera de rendir homenaje al ciento cincuenta aniversario de la ópera “Carmen” poniendo nombre al restaurante como la famosa taberna donde la protagonista espera a su amor en medio de un sórdido ambiente de contrabandistas y gente de mala reputación.

Situado en un precioso edificio modernista que era la antigua biblioteca del Circulo Oscense, una vez que atraviesas la magnífica puerta y el vestíbulo con sus grandes lámparas de araña, de su sencilla decoración lo que más me llamó la atención fue el tronco en la gran mesa central de servicio, o el detalle de los pequeños roperos cerca de las mesas.

Con una merecida estrella Michelin, Carmelo Bosque, su cocinero, amante de la trufa negra ofrece, a parte de la carta, dos menús, uno más largo y especializado en este hongo y otro que mantiene durante todo el año “Carmen”. Elegimos como no podía ser de otra manera el menú Carmen.

Empezamos con un aperitivo, un vermut invertido con esferificaciones de aceitunas y macarons de trufa, original y delicioso.

Dos entrantes comunes para ambos comensales, Sopa de cebolla con huevo poche y crujiente de boletus y Arroz de trufa con royal de foie, este último espectacular. Se nota el protagonismo de la trufa negra, especialidad de la casa en plena temporada.

Como segundos elegimos Cocochas de bacalao al pilpil y Perdiz en guiso con setas, nuevamente exquisita para mi gusto la combinación de las trompetillas negras y las rosiñol en este guiso.

Y para terminar un delicioso Cremoso de vainilla Bourbon y granizado de whisky y el postre denominado Chocolates una riquísima mezcla de texturas.

El servicio correcto, y un detalle que me encantó es que nos diesen la prueba del vino a los dos comensales, algo que no suele ser habitual y que denota una sensibilidad hacia los diferentes gustos, opiniones y paladares de las distintas personas que conforman una mesa.

Un placer de comida, altamente recomendable.