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10 Restaurantes en Berlín

En Berlín como en todas las grandes ciudades hay una gran variedad gastronómica.

Es evidente que en pocos días no he podido probarlo todo, aunque he intentado hacer una selección variopinta para un turista que quiera disfrutar unos días y comer bien.

Para desayunar elegimos un Café cerca del Hotel Catalonia Berlín Mitte donde nos alojamos y fue un gran descubrimiento.

YADA YADA breakfast club

Köpenickerstraße 93

Aunque no estéis alojados cerca, es un lugar altamente recomendable para desayunar, una comida o cena informal, un café o una copa.

Están abiertos todo el día. El local es muy acogedor y con un diseño singular con multitud de detalles, buen ambiente y buena música y una atención exquisita por parte de todo el equipo.

También tienen una pequeña terraza muy coqueta.

Su oferta gastronómica a base de sándwiches y ensaladas frescas, deliciosos pasteles, y un menú del día.

Nosotros desayunamos todos los días de nuestra estancia en Berlín y probamos su rica pastelería.

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Cerca también del hotel hay un italiano que nos aseguró una cena en la que los pies no daban ya para ir más lejos y fue una experiencia muy agradable.

DOLCETTO

Inselstr. 13

Es una típica trattoria, con pastas de muy buena calidad y una atención muy agradable.

A destacar unos Linguine Don Giovanni , una deliciosa pasta con gambón y salsa pesto.

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Después de visitar la nueva Sinagoga situada en Oranienburger Strabe, pasear por el barrio que la rodea es muy agradable y encontramos un Café-Bistró de esos que están fuera del circuito turístico y que te dejan una experiencia única.

YOU’RE WELCOME

Große Hamburger Strasse 16,

Es un local que tiene más de 100 años, con un encanto especial. Sus mesitas de madera y mármol. Sus colores cálidos en la pared, los cuadros, lámparas, candelabros y el antiguo piano te transportan a otra época. Resulta realmente cálido y tiene un ambiente fantástico.

Probamos el típico Curry wurst con unas buenísimas cervezas.

Y lo mejor lo reservan para el final, o el principio según vayas a desayunar, comer, merendar o cenar.

Sus maravillosas tartas. Según ves la vitrina, no sabes cual elegir.

Nos decantamos por  la Birnenstrusel, de pera, y otra de manzana, las dos deliciosas.

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Prenzlauer Berg es un barrio donde residen jóvenes profesionales y familias acomodadas, salpicado de tiendas y parques infantiles.

En la zona cercana a Kollwitzplatz y Helmholtzplatz, los antiguos edificios de antes de la guerra se han transformado en restaurantes variopintos y tiendas de diversa índole, artesanos y boutiques.

Cerca de allí encontramos un restaurante ruso muy interesante.

PASTERNAK

Knaackstraße 22/24

Con una decoración vintage y multitud de detalles, dedican su nombre al famoso autor de Dr. Zhivago con especialidades de la cocina tradicional rusa y judía.

Tienen también una gran terraza que debe ser muy apetecible con buen tiempo.

Probamos una exquisita pechuga de pavo con salsa de atún, corazones de alcachofas y tomates secos,

y Lamm Schschilick , una brocheta de cordero asado, patatas fritas, pìmientos asados, salsa de ciruelas y cilantro.

Lástima de no haber estado más días para probar más cosas de una carta muy interesante.

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A orillas del rio muy cerca de los lugares históricos de Berlín una noche cenamos en

CANA

Neue Roßstraße 11-12

Un restaurante árabe con una decoración clásica, con toques orientales y detalles como la pequeña jaima que tienen a la entrada.

Pedimos un menú con seis entrantes típicos que me encantan y que estaban exquisitos, alguno con bastante picante.

Humus de garbanzo, Cana Mazza (tomates, pimientos y especias con canela) éste era el más picante. Baba ghanoush, Mutabal

Y de segundos

Shish-Tawouk, unas brochetas de pollo a la parrilla, servidas con patatas con hierbas, ensalada y una salsa especial de la casa. En su punto, muy rico y muy abundante.

Kafta a la parrilla cordero picado con perejil y especias árabes, servido con hierbas patatas, ensalada y dip de la casa

La atención por parte del personal excelente. También tienen terraza al lado del rio para el verano.

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Lo que también he descubierto es que las tartas en Berlín son increíbles. Y parar a media tarde, para tomar un café y un pedazo de cualquiera de estas delicias es una gozada.

Un ejemplo es el

CAFÉ ZUR ALTEN ZICKE

Am Nußbaum 8,

En el precioso antiguo barrio de Nikolaiviertel. Es un local pequeño con encanto y una coqueta terraza. La atención de su dueña muy amable y profesional, también tienen una tienda al lado. Me tome una Tarta de fresas cuyo sabor todavía recuerdo.

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Y por supuesto tenía que probar algún restaurante típico alemán.

En este mismo barrio de Nikolaiviertel se encuentra uno de los que más me gustaron y altamente recomendable.

ZUR GERICHTLAUBE

Poststrasse 28

El edificio donde se aloja el restaurante fue construido alrededor de 1270 la primera vez, porque a lo largo de los siglos siguientes se volvió a reconstruir muchas veces.

La primera función para la que se construyó fue para albergar tribunales de justicia y después en el tiempo ha tenido diferentes funciones hasta que se convirtió en restaurante.

Tiene un par de salones en la parte superior para celebraciones y en la planta  baja una sala preciosa, con bóveda de crucería que recuerda al Berlín antiguo y grandes vidrieras, el suelo de piedra y las mesas gruesas de madera y mármol, es un sitio que merece la pena visitar.

Su gastronomía se basa en platos de Berlín y Brandemburgo, alimentos de la propia región, cocina de mercado de calidad y nada de procesados, cocinados de forma tradicional con olla y sarten.

Tenía muchas ganas de probar unos arenques y este era el sitio

Filetes de arenque a las finas hierbas «Rostocker Edel» con salsa casera patatas al eneldo y ensalada fresca, una delicia.

Y el tradicional Codillo con choucroute y puré de patata.

Realmente impresionante. A los que me seguís en Instagram podéis ver un reel espectacular que muestra lo jugoso que estaba.

¡Todo ello cómo no!  acompañado de una buena cerveza

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También probamos comida alemana en la zona del Hackescher Markt en

RESTAURATION 1840

S-Bahn: S5, S7, S75 (Hackescher Markt)

Algo más turístico por estar en una zona muy concurrida y comercial, un barrio donde se encuentran bares, discotecas o rincones como el Dead Chicken Alley callejón donde disfrutar del arte urbano en su máxima expresión.

La decoración es de la típica cervecería alemana en un local enorme y muy animado.

Recomendable königsberger klopse, unas albóndigas caseras, receta original de la casa, con salsa de alcaparras, puré de patatas y ensalada de remolacha

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En el barrio de Charlottenburg, donde están las tiendas de firmas de lujo comimos en

RISTORANTE ARLECCHINO

Meinekestrasse 25

Un local con varios salones, el de la entrada más informal con manteles de cuadros y un par de salones interiores más coquetos, con fotos de actores y actrices italianos en las paredes y pequeñas lámparas en las mesas, resulta muy acogedor a pesar de las dimensiones de la sala.

El equipo muy amable y profesional

Y la cocina a la altura de este tipo de barrio.

Empezamos con un Vitello tonnato

Muy rico el Risotto di mare.

Espectacular el Tagliatelle alla zarina, con grandes trozos de salmón un plato abundante y delicioso

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Una noche quisimos disfrutar de un poco de alta gastronomía y fuimos a

BALTHAZAR

Spreeufer 2,

Está en un rincón privilegiado junto al rio. Tiene una terraza que en las noches de verano debe ser muy acogedora.

El local es elegante con un par de amplias salas en tonos neutros, agradable y cómodo.

El personal muy atento y profesional.

Tomamos un menú compuesto por un primero original y fresco.

Char, espárragos y crema de queso con ajos silvestres en una crujiente cobertura brick con ensalada primavera

Y de los segundos el que más me gustó

Filete de dorada ‘royal’ con salsa de bogavante y polenta de batata de cacahuetes fritos     

El otro también estaba a la altura, un plato de Cordero con espárragos trigueros y una salsa y guarnición exquisita.

Una Degustación de postres fue el dulce remate a una cena estupenda.

Un paseo por Berlín. Hotel Catalonia Berlín Mitte

CATALONIA BERLÍN MITTE

Köpenicker Str. 80-82,
MADRID
Teléfono: +49 30 24084770

Berlín es una ciudad vibrante y llena de contrastes, que te invita a explorar cada uno de sus rincones. Desde sus amplias avenidas hasta sus barrios más pintorescos, es una ciudad que no te deja indiferente. Grandes avenidas, grandes barrios, Berlín es una ciudad grande.

Quizás no sea una ciudad tan bonita como otras, pero sin duda impresiona por su gran cantidad de historia y cultura que se respira en cada esquina.

Es una ciudad que ha vivido momentos muy duros, como la división del muro que separó a sus habitantes durante décadas. Imaginar la vida cotidiana a un lado y otro sobrecoge cuando estás cerca. Pero también ha sabido reconstruirse y sanar sus heridas, convirtiéndose en una ciudad reconciliada con su pasado y con una gran riqueza cultural.

Es una ciudad muy amable, con poco tráfico y llena de zonas verdes donde se pueden escuchar los pájaros cantar. Su arquitectura es original y diversa, con edificios singulares que atraen a cualquier amante de la arquitectura. Además, Berlín es la ciudad del graffiti y del arte alternativo, lo que le da un toque bohemio y vanguardista.

Nos alojamos en el hotel CATALONIA BERLÍN MITTE. Está situado en un barrio bien comunicado y es funcional como otros de la misma cadena. Su decoración de tipo industrial y los graffitis en sus paredes le dan un toque muy original y moderno.

La amabilidad de su personal es excepcional y el que te hablen en español, es una gran ventaja para nosotros. Además, el hotel cuenta con cómodas instalaciones y habitaciones ideales para el perfecto descanso del excursionista.

En el patio que da entrada al edificio te recibe una escultura del famoso Buddy Bear, esculturas que están repartidas por todo Berlín y que se comenzaron a colocar en 2001, tienen diseños muy llamativos y es difícil no verlos si te pateas la ciudad.

Cuenta en el mismo patio con una terraza con mesas de madera, que con el frio que hacía estaba vacía y estoy segura será muy apetecible en verano.

Un enorme Lobby con diferentes rincones, resulta muy práctico y acogedor cuando vuelves de esas largas caminatas para tomar un café o una copa por la noche después de la cena. Con cómodos sillones, también el personal del bar está pendiente de todos los detalles.

La habitación superior es funcional con una muy cómoda cama y los servicios correctos

Lo que más me ha llamado la atención ha sido la ausencia de armario. Tienen en su lugar un burro para colgar la ropa. La verdad es que no me ha gustado mucho la idea. El hecho de que quede a la vista, toda expuesta, es algo a lo que no estoy acostumbrada. En cuanto a la limpieza un poco justita y la decoración sobria.

Tuvieron el detalle de bienvenida de ofrecernos una cesta con aceite de oliva, caramelos, algunos dulces y una tarjeta muy cariñosa.

Por todo ello la experiencia al final ha sido muy agradable y sin duda seguiré contando con esta cadena en mis próximos viajes.