Vivirlo y compartirlo. Restaurante Sargo

SARGO

Calle del General Díaz Porlier, 57
MADRID
Teléfono: 910 10 66 57

Sargo es uno de esos restaurantes que valen para diversos acontecimientos, lo mismo puedes disfrutar de una comida con amigos, una celebración en familia o una cena romántica. Porque Sargo es polivalente y es capaz de adaptarse a tu evento particular, incluidos algunos más numerosos, puesto que se compone de cuatro estancias bien diferenciadas, pero que en caso necesario se pueden unir entre sí.

Una barra que te da la bienvenida, para tapear o tomar un coctel más informal. La salas divididas por tres ambientes y dos alturas que le dan al local un tono más acogedor y una terraza cubierta también muy coqueta para comer en el exterior.

Fotos de la web del restaurante

Con una decoración que combina los colores alegres y más frescos del piso más bajo y el aire más formal cuando subes unos pequeños escalones que dan lugar a dos salas más. En todo el local destacan el gran número de plantas repartidas por los rincones y dividiendo espacios, detalle que impresiona y le aporta junto a la madera y sus tonos blancos y azules ese aire relajado que invita a una sobremesa tranquila.

Este buen ambiente también ayuda a crearlo su personal, atento y cálido pendiente de la satisfacción del cliente en todo momento.

Su cocina mediterránea de mercado como ellos mismos la definen, con un punto original tanto en la preparación como en la presentación, en algunos casos espectacular como es por ejemplo el cabracho frito.

Para empezar compartimos unas Croquetas melosas, interesante que te pongan 4 unidades de jamón ibérico y 4 de langostinos. A mí me encantan las dos y así no tienes que pedir dos raciones para probarlas.

Mención aparte merece el  Chipirón de potera y pisto de ají amarillo, original el toque que le da el ají.

Tienen una oferta estupenda tanto en carnes como en pescados. Nosotros optamos por estos últimos.

Un tradicional Bacalao Islandia con mermelada de ajo tostado y pimiento de piquillo, en su justo punto, jugoso y delicioso. Bueno para muestra la foto. No digo más.

Y del tradicional Bacalao, igual de impresionante el toque japonés con el Tataki de atún rojo Balfegó,  ahumado al sarmiento con romescu japonés y piñones

Correcto el Canelón de Txangurro napado con bechamel de langostinos, para mi gusto quizás el más flojito. Posiblemente porque el resto estuvo a más altura.

Y la estrella que no os podéis perder por su originalidad y su espectacular presentación es el

Cabracho frito con ensalada y nuestra salsa tártara

Lo sirven entero y para comer con las manos. Si, si con las manos. Te proporcionan unos guantes por aquello de no guarrearte demasiado, aunque a mí la verdad comer con las manos en algunas ocasiones me parece delicioso. Aunque lo acompañan de salsa, solo está exquisito.

Es un clásico su Tarta casera de queso fundente maravillosa.

Y volviendo a los toques asiáticos, unas originales Gyozas de manzana con helado de manzana verde y vainilla, postre refrescante que combina a la perfección con la tarta de queso si se comparten ambos platos.

En definitiva un sitio de los que hay que tener en la agenda.

El lujo de los sabores castizos. Restaurante Casa Lobo

CASA LOBO

Calle de Echegaray, 8
MADRID
Teléfono: 913 60 00 01

Está de moda la cocina tradicional entre tantas ofertas de fusión y cocinas internacionales. La vuelta al origen, al puchero. Es curioso que en un entorno tan aparentemente cosmopolita como es el Gran Hotel Inglés hayan reservado su espacio gastronómico a recuperar los platos más castizos de ese Madrid del siglo XIX.

Toman el nombre de una vieja leyenda. La actual calle Echegaray se llamó calle del lobo.

Al parecer en el siglo XVII existió un taxidermista que, en la entrada del local, exhibía un lobo disecado de modo que diese un poco de miedo a los niños del barrio. La leyenda dice que un niño se peleó con el lobo para presumir con sus amigos y lo destrozó. El taxidermista, muy enfadado, lo hirió de muerte, pero la Virgen hizo un milagro y lo salvó. Eso sí, el lobo ya destrozado, no pudo dar nunca más miedo a los paseantes del lugar.

Con este curioso suceso, Casa Lobo aprovecha para inundar su local de referencias a este hermoso animal, y tanto en paredes, cuadros y vajillas está presente su imagen.

Con una decoración elegante, a tono con el Hotel, dando un aire más moderno la cocina vista o las mesas desnudas. Materiales nobles como el cuero o la madera y el detalle de las botellas de vino en la mesa a modo de pequeña lamparita, dan un toque especial al local.

El ambiente por tanto es elegante y el trato cercano.

Su cocina basada en las antiguas casas de comidas, dándole una vuelta actual sin olvidar su esencia, recuperando recetas del Madrid del siglo XIX.

Mientras esperábamos nos obsequiaron con un delicioso aperitivo. Unos bocaditos de steak tartar

Empezamos probando dos de sus platos emblemáticos.

El muy original “Cochifrito de orejitas de lechón al aliño de miel y chorizo picante”. Delicioso, crujiente a la vez que meloso, y si le quieres dar un toque más moderno, como lo sirven sobre una hoja de lechuga, se puede comer a modo de Sam y le da un frescor añadido.

Y como no, algo tan castizo como los Soldaditos de Pavía, un aperitivo típicamente madrileño a base de bacalao rebozado acompañado de pimiento rojo, exquisito, en su justo punto.

Otro de sus clásicos es la Pepitoria de pollo de corral al estilo tradicional, una receta que ya aparece en recetarios del siglo XVI o nombradas en sus obras por Cervantes, Góngora o Quevedo entre otros. Un plato típico de tabernas, retomado con maestría por el chef.

Muy rica la Pluma ibérica con especias morunas y piquillo confitados

Y en pescados, el que nunca falla Lenguado al estilo Meunière con mantequilla tostada y alcaparras

Y cómo siempre digo, en los postres es donde el restaurante se la juega, ya que el comensal suele llegar ya un poco lleno y es ahí donde se nota el nivel de la cocina.

En esta ocasión no defraudan.

Increíble el Arroz con leche y estofado de arándanos. Altamente recomendable, ese giro maravilloso que le dan con el estofado de arándanos.

Una vuelta a la tierna infancia con sus Natillas nostálgicas del Gran Hotel Inglés

Y la elegancia y sutileza de presentación de los Buñuelos “Rocher”, la versión tibia del famoso bombón. Impresionantes.

Un sitio para disfrutar de una comida tranquila en familia, pareja o amigos,  en un entorno elegante y sin prisas.

Sentir, disfrutar, emocionar. Restaurante Almeja

ALMEJA

Rua de Fernandes Tomás 819
OPORTO, PORTUGAL
Teléfono: 351 22 203 8120

Oporto ha sido todo un descubrimiento. Hacía tantos años que no iba a Portugal, que casi se me olvida las ganas que te quedan de volver. Es una ciudad que te atrae enseguida por su peculiaridad, ideal para pasearla a pesar de sus cuestas y descubrir cada uno de sus rincones.

Ya conocía su gastronomía. Siempre he comido extraordinariamente bien en mis viajes.

Y me ha sido muy grato constatar que, no solo siguen en esa línea, sino que además puedes descubrir sitios tan fantásticos como Almeja.

Los protagonistas de este negocio son el Chef Joao Cura en los fogones y su mujer Sofía Amaral responsable de la Sala

No es la primera vez que me encuentro una pareja al frente de un local de restauración y la verdad, es que el resultado de esa conexión se nota en la sala.

Por supuesto, sin desmerecer al personal que ejerce su profesión sin que exista ningún grado de afectividad personal con el chef, es verdad que se intuye, o por lo menos yo lo he notado, una pasión por el negocio compartida y muy especial.

La cocina de Joao es muy personal, como toda cocina de autor. Con un producto de mercado y de raíces portuguesas, las influencias de otros países, sobre todo de India, se notan en todas sus elaboraciones. Así en sus sabores se mezcla la frescura y el picante a la vez, lo cual es un contraste, como poco, curioso.

Sofía, en la sala, consigue un clima de confianza y calidez que, en un entorno decorado con sencillez, logra que pases una velada muy confortable.

Fotos cedidas por el restaurante

El local tiene tres ambientes, dos de ellos separados por un pequeño pasillo y una terraza exterior que, como era noche y llovía, no pudimos disfrutar y que estoy segura, será una delicia en buen tiempo.

La madera, los detalles de la pequeña alta librería, el bonito aparador y el precioso suelo cerámico, conforman un ambiente muy agradable.

En el pasillo me encantaron las puertas de los baños y los dos pequeños rincones en la entrada del local.

Empezamos como no podía ser de otra manera con un aperitivo.

Un homenaje a sus viajes por España, no podía ser más castizo que un vermut. Pero a su manera, eso sí.

Sorbete de vermut y oliva gordal rellena de anchoa.

Una exquisitez que te da idea de lo que puedes esperar después.

Caldo de cocido y rissol de cocido

El rissol está entre la empanada y la croqueta, pero aquí lo hacen más parecido a un falafel por su intensidad y sabor. Muy rico, acompañado de su caldo, un buen entrante para comenzar el viaje.

Después la Galleta de garbanzo, balchao, gamba y de algas.

Balchao es un plato picante de Goa en la costa occidental de la India. Joao tiene muchas influencias de esta cocina en todas sus preparaciones.

Lo presentan en una base de conchas de berberechos, pero lamentablemente mi foto no era buena. Os dejo una muestra de la galleta que gentilmente Sofía ha tenido la amabilidad de enviarme para que os hagáis una idea de lo detallada que es su preparación.

Foto gentileza del restaurante

Uno de sus clásicos, que no falta en sus menús, es La tostada de cabeza de cerdo, escabeche y manzana, un bocado sutil y delicioso.

El siguiente es como un alto en el camino, para probar su Pan de masa madre, un brioche y una mantequilla casera con aceite metáfora.

Seguimos con Apio, chirivía, crosnes y limón. Un paso vegetal del menú, todo delicadeza una especie de puding suave lleno de matices.

Una mariscada, algas y cítricos, para mi gusto un pelín más floja, quizás porque me gustan menos los caldos de pescado, pero siempre es un gusto personal.

En el tema pescado, una Corvina con espárragos y guisantes, envuelta en pasta brie, al punto de cocción y con unas verduras exquisitas al dente de sabor potente, extraordinario.

Llegamos al apartado de carne, Cerdo habas, ajo y cuscús transmontanos

Una carne tierna al punto con un acompañamiento perfecto.

Y los postres, ¡que puedo decir de los postres!. Portugal es el rey del dulce. Y aquí no podían ser menos. Solo, que le dan una vuelta y un aire muy especial

El primero Maíz, dulce de leche, mole y cacao, con una cuidada presentación, detalle de la mazorca de maíz perfectamente elaborada y un toque picante en contraste con el dulzor, que suele dar en demasía a los platos, el dulce de leche, le da un sabor muy especial.

El segundo Curry dulce, coco, mango y lima. Indescriptible. Hay que probarlo. Delicioso.

Fuera del menú `probamos otro postre, también un clásico de la casa, a base de coco, nata chocolate blanco y especias…maravilloso

Unos petit four para terminar con el café, remataron una cena de diez. Y como he dicho antes una calidez y atención extraordinarias.

Bistró en Las Letras. Restaurante La Malontina

LA MALONTINA

Calle de la Verónica, 4,
MADRID
Teléfono: 914 20 31 08

Me encanta dejarme sorprender. Es verdad que la oferta gastronómica en Madrid es tan variada que siempre puedes probar algo nuevo. Lo que pasa con La Malontina es que es un lugar de aires tradicionales y sorprende.

Tradicional en su esencia, ese aire a casa de comidas elevado a la categoría de pequeño bistró que tanto le va al barrio donde se encuentra, mi barrio favorito, el de Las Letras. Ese aire bohemio, íntimo y casero, con poquitas mesas y ambiente familiar.

Foto gentileza del Restaurante

Es curioso que lleve tantos años abierto, antes llamado La Tragantúa y no lo hubiese probado. Estoy redescubriendo mi antiguo barrio años después y cada día lo añoro más.

Está situado en una zona tranquila detrás del Caixa Forum lo que invita a combinar una experiencia cultural con una gourmet.

Su decoración siguiendo esa línea de sobria sencillez, madera en los suelos y combinación del mismo material con la piedra en los dinteles de la puerta. Pequeñas mesas alineadas en un banco corrido con unas cómodas sillas vintage, y detalles más vanguardistas como las lámparas y los pequeños cuadros, sin olvidar la bonita y variada vajilla que cambia con los distintos platos. ¡Cómo me gusta que cada día los restaurantes cuiden más el tema de las vajillas!

Fotos gentileza del Restaurante

Y bueno, aquí se viene a comer ¿no? Pues sí y además bien.

Su cocina sigue un aire personalísimo cuyo artífice es Pablo Fernández Acera, su Chef. Basado en un buen producto, bien tratado y en algunos casos con un gran toque de imaginación y creatividad.

Para entrar en materia empezamos con unos Torreznos con patata revolcona y mojo rojo canario

Así dicho parecería un plato para paladares fuertes, sin embargo la combinación de ingredientes suma y para mi gusto le da un toque muy singular.

Para completar los entrantes compartimos un Chili crab ibérico

Este si que me dejó impactada. El chili crab es un plato de marisco originario de Singapur. Suele hacerse con cangrejos salteados en una salsa agridulce de tomate y chili. Bueno esto es la teoría.

Pues Pablo ha decidido hacerlo con oreja de cerdo. Si, si,  como lo leéis, oreja de cerdo. Y el resultado es alucinante. ¡Qué rico!

En el capítulo de pescados probamos el Bacalao confitado con morcilla de burgos y patatas revolconas. Si, repetí revolconas, bueno ya sabéis los que me seguís que yo con las revolconas tengo una relación sentimental. Y otra original combinación bacalao y morcilla de burgos dos productos que me encantan juntos, rebien.

Y Rape gallego al horno, fuera de carta. Un rape de ración traído directamente de Marín en Pontevedra, lo hacen al horno con un sencillo aliño de ajo y perejil y el jugo que suelta el propio pescado. Servido con patata panadera y con una asombrosa presentación, exquisito.

También fuera de carta nos sugirieron la Costilla de ternera a baja temperatura

Cocinada durante nueve horas a baja temperatura, tiene un toque picante, porque la tienen macerando durante 24 horas en una personal y secreta combinación del chef  de especias, cuidado con los paladares delicados porque este es fuerte.

Para relajar y rematar los postres a la altura del resto de la comida.

Una crema de mango y mascarpone, deliciosa y refrescante mezcla.

Y para los chocolateros el Lingote de chocolate y frambuesa, pues eso no hay nada más que decir, muy rico también.

En cuanto al equipo de sala super amables y cercanas, pendiente en todo momento de la satisfacción del cliente.

Si he de poner una pega es la de no poder hacer un poco más de sobremesa. En este tipo de lugares, se echa de menos poder estar más tiempo, disfrutando de café y copa charlando tranquilamente, pero los tiempos son difíciles y entiendo que establezcan turnos y yo que siempre he huido de ellos, ahora, después de los duros momentos de pandemia, los acepto, esperando volvamos a la normalidad absoluta, y estas cosas queden para otro tipo de restaurantes.

En definitiva un sitio para poner en la agenda y volver a probar más platos de los que me quedaron y de los que seguro se seguirá inventando Pablo.

Foto gentileza del Restaurante

Un imprescindible en Ronda. Restaurante Tragatá

TRAGATÁ

Calle Nueva, 4
RONDA MALAGA
Teléfono: 952 87 72 09

Si vais a Ronda, Tragatá es un imprescindible. Mezcla de taberna moderna y laboratorio gourmet, el primer proyecto del galardonado Benito Gómez en su otro restaurante Bardal, con dos estrellas Michelin, pone aquí toda su sabiduría y su equipo ha sabido llevar a la mesa sabores y presentaciones más que originales y exquisitas.

Está de moda la mezcla. Últimamente en este blog os hablo de muchos de estos restaurantes que pruebo y que sabiamente saben sacarle lo mejor a sus experiencias viajeras y cogen lo mejor de cada casa, unos con más o menos acierto según el gusto del comensal.

En Tragatá el producto es la baza principal y luego está la técnica aplicada, consecuencia de la experiencia de años de trabajo y el toque personal que da, tanto a sus tapas, como a sus platos principales, con una pincelada asiática en una salsa, o un pequeño aderezo de cilantro o jengibre, por ejemplo, sin perder el protagonismo de la cocina tradicional.

El local con un look moderno, con estructuras de estilo industrial, como el gran tubo que atraviesa el techo del espacio, o las sillas metálicas, y detalles coloniales, como algunas lámparas. Mezcla de mesas altas y bajas, mostradores pegados a la pared aprovechando el sitio al máximo y dando también un aire más informal, hace que parezca abierto a todo tipo de comensales. Amigos, familia, pareja y por supuesto al estar en un lugar tan céntrico al turismo también.

Para empezar, quisimos probar una de sus tapas,

Mejillones cabreados, cilantro y aceite de jengibre

Pues no hace falta que os cuente que picaban un poquito, el nombre lo dice todo y acabamos con el pan de lo buenísima que estaba la salsa.

Cuando pedí la Dorada a la brasa con teriyaki picante de espárragos, me dejó impactada la presentación, pensé que no iba a poder con ella, pero vaya si pude, estaba tan deliciosa que la disfruté bocado a bocado.

El otro plato no se quedó a la zaga, el Pollo picantón con ragout de patatas y cebollas y mostaza, impresionante.

Para rematar un sencillo Flan de la Casa, de los que se recuerdan en el tiempo, absolutamente recomendable.

Acompañado todo ello de una atención por parte del equipo cálida, muy simpática y profesional, pendientes de todos los detalles. Sin duda para repetir. Un poco lejos para hacerlo más a menudo como me gustaría, me quedo con la excusa perfecta para volver.

Mimo y exquisitez. Restaurante Azahar.

AZAHAR

Calle de Jerez, 25,
RONDA, MALAGA
Teléfono: 952 87 12 40

Los restaurantes de los buenos hoteles suelen estar a la altura de las estrellas del mismo en muchas ocasiones de manera discreta.

No es el caso de Azahar situado en el Hotel Catalonia Reina Victoria, que brilla con luz propia.

En un ambiente muy acogedor con una decoración elegante, suelos de madera, tonos burdeos y grises a tono con las habitaciones, mesas vestidas y amplias y sillas con reposabrazos para una cómoda sobremesa.

Su cocina no es una cocina al uso. Con una presentación muy cuidada, una mezcla de sabores en unos platos perfectamente ejecutados y el punto justo.

Especial mención a un más que original Carpaccio de secreto ibérico relleno de foie micuit con helado de queso Payoyo y vinagreta de ajetes con el que empezamos y que nos dejó boquiabiertos. Nunca había probado una mezcla de tan diferentes ingredientes, el secreto ibérico, el foie, el helado todos sabores muy fuertes y para remate la vinagreta de ajetes. Pareciese que es una mezcla explosiva y lo es aunque para disfrutarla. Me quedará largamente en el recuerdo.

En los segundos no se quedan atrás,

La Corvina con alcachofas en texturas, salsa de soja, miel y AOVE rondeño acompañado de jengibre confitado, me dejo absolutamente conquistada. La finura de las texturas en la alcachofa, esa mezcla de salsa y el toque del jengibre en un pescado en su punto de cocción.

En el capítulo de carnes deliciosa la Presa ibérica de bellota ahumada con leña de cerezo, puré de boniato asado, chips de patata violeta y salsa de vino Moscatel de Ronda. Un plato impresionante, muy rico.

Y si ya la noche iba por un camino redondo, los postres remataron una velada magnifica.

Preciosa presentación de la Cereza de chocolate blanco con núcleo de yogurt base de cacao y almendra acompañado de helado de vainilla. Postre refrescante con el dulzor especial que aporta el chocolate blanco, delicioso.

Y como ya sabéis que llevo un amante del chocolate conmigo no podía faltar un Mousse de chocolate negro con interior de crema inglesa y perlas de frambuesa sobre crumble de cacao a la sal. Espectacular!!

La atención del personal de sala especialmente destacable. Un encantador sumiller que nos aconsejó maravillosamente y el resto de personal  muy cálido y profesional., como el del resto del Hotel.

Para mí lo que más destaca de este hotel es precisamente la atención de todo su personal sin excepción. Muy cálidos y amables con una gran profesionalidad pendientes de cualquier detalle que procure el bienestar del cliente.

Su situación en una zona residencial muy tranquila accesible a pie al centro de Ronda y unas vistas fantásticas es ideal para unos días de descanso, excursiones y por supuesto disfrute de la gastronomía de la zona.

Nunca es tarde si la dicha es buena. Restaurante Toga

TOGA

Calle de Juanelo, 23
MADRID
Teléfono: 910 41 44 39

Increíble que no conociese este restaurante. Si, ya sé que en Madrid es difícil estar al día, pero Toga lleva abierto unos años. No obstante, Nunca es tarde si la dicha es buena, y vaya si lo es.

En una calle tranquila y pequeña del Madrid más castizo, junto a la plaza de Cascorro en pleno Rastro se sitúa este rincón gastronómico.

Un local de decoración sencilla, con no muchas mesas, paredes desnudas, únicamente salpicadas por algunos cuadros, pequeñas exposiciones temporales, que le dan el detalle rompedor a la sencillez del lugar.

Resulta vivo y acogedor a la vez. Ideal para compartir velada con amigos o en pareja.

Esto unido al trato cercano del equipo en sala, simpáticos, cordiales y atentos en todo momento suman a la fantástica experiencia gastronómica.

Porque si, ha sido una experiencia para repetir.

Su cocina es un mestizaje, mezcla, fusión o como queráis llamarlo de la cocina latinoamericana con la asiática, pero dándole su propia reinterpretación.

Su carta pequeña y variada abarca gustos para todos y a un precio muy competitivo.

Para comenzar un refrescante Tiradito de Lubina con ajo y mayonesa de lima

Lo acompañan de un riquísimo pan tostado con aceite. Un conjunto delicioso.

Originales en forma y relleno sus Croquetas de pisto y queso manchego, increíble sabor, ya forman parte de mis preferidas.

Fantastica la Pluma ibérica con escalibada y salsa ponzu, que acierto el toque japonés de la salsa a un producto tan nuestro y el punto tan bueno que le dan.

No desmerece en absoluto a lo ya probado El Pollo a la llama con tartar de gamba y salsa de mango y azafrán. Una mezcla maravillosa, sabor, sabor y sabor, muy recomendable.

Y una de las estrellas que ya es un clásico en el lugar y no os podéis perder son sus Noodles con mayonesa de kimchi y atún rojo crudo. Brutal, combinación perfecta de los fideos chinos al wok con mayonesa de kimchi, una salsa coreana ya presente en bastantes elaboraciones gratinada y por encima unos deliciosos dados de atún rojo. La mezcla es alucinante.

Después de estos platos de gran sabor, el broche refrescante lo pone la Piña en almíbar con mascarpone, chocolate blanco y crema de lima, servido en un vaso mezclando los ingredientes de abajo a arriba, me dejó sin habla.

Y como no podía ser de otra manera en un lugar donde sus artífices son dos argentinos y un uruguayo es obligado probar el Alfajor de chocolate y dulce de leche, que ya te deja rematada del todo.

En resumen, un lugar de mestizaje, una cocina cuidada, una atención esmerada y unos precios más que razonables. ¿Qué más se puede pedir? Volver.

Un riojano con encanto. Restaurante Algarabía

ALGARABÍA

Calle de la Unión, 8
MADRID
Teléfono: 915 42 41 31

Algarabía, desde luego no te deja indiferente. No solo es un restaurante intimo, pequeño y romántico, sino que, una vez que te sientas a la mesa, te sientes como si unos amigos, en este caso amigas, te hubiesen invitado a cenar. Y es que, Isabel en la sala y Pilar en la cocina, llevan el negocio como si de un apéndice de su casa se tratase.

Situado en pleno centro de Madrid, en la preciosa zona próxima al Teatro Real, en una calle discreta, un local con pocas mesas, decorado de forma clásica con un toque muy personal, adornado con flores y plantas y un montón de detalles repartidos aquí y allá, y alguna pequeña exposición o mercadillo temporal.

Resulta un lugar muy acogedor, donde puedes pasar una velada tranquila y hacer una sobremesa en pareja o con amigos, sin prisas.

Aunque Isabel no te ofrezca la carta de vinos, porque su espíritu riojano la lleva a recomendarte, muy acertadamente, un caldo que será excepcional, merece la pena pedírsela, porque el libro en sí es una obra de arte.

Su cocina es típicamente riojana, con esos platos tradicionales a los que Pilar les da su impronta personal y su mimo particular, con buen producto y raciones generosas.

Para empezar, nos pusieron de aperitivo una fantástica Brandada de bacalao con una salsa de tomate y almendra, exquisito.

Seguimos con unos Trigueros crujientes, una especialidad de la casa, que no os podéis perder. A la exquisita materia prima, suma la manera que tiene Pilar de prepararlos, envueltos en una masa brie y acompañados de salsa romescu.

No podíamos dejar de probar sus clásicas Croquetas, nunca fallan

Uno de mis favoritos El bacalao a la riojana del que no dejé ni las huellas, espectacular

Sorprendente el Patorrillo, un plato típico de la cocina de La Rioja, guiso de manos y callos de cordero, una elaboración que es bastante laboriosa.

De postres, una original Crema fría al caramelo, receta personal de Pilar, el secreto mejor guardado, según su hermana Isabel, a caballo entre las natillas y el flan sin ser ninguna de las dos cosas, muy rica.

Y no podía faltar la Lamina crujiente de chocolate y frambuesa, delicioso.

Todo ello acompañado, como no podía ser de otra manera por un Rioja recomendado, un Tarón crianza que maridó perfectamente con el menú.

En resumen, una experiencia para vivirla en primera persona y repetir siempre que se pueda.

El legado de las abuelas. Restaurante Dama Juana

DAMA JUANA

Calle de Melchor Cobo Medina, 7
JAÉN
Teléfono: 953 00 64 54

En homenaje a su abuela Juana, Juan Aceituno puso el nombre a este proyecto que de momento ha conseguido una merecida estrella Michelin para Jaén.

Para mí Jaén era un capitulo pendiente, que se me ha quedado corto en esta escapada y que tendré que profundizar y que ha sido una sorpresa gastronómicamente hablando.

Da para mucho esta tierra de olivares, llena de historia y paisajes impresionantes.

La abuela Juana no tenía un restaurante pero era una cocinera experimentada, y de esas recetas caseras perfeccionadas a lo largo de los años tomó Juan inspiración para su cocina llena de fondos, historias y recuerdos.

Foto cedida por el restaurante

En un salón amplio en tonos crudos, con un detalle muy original en las paredes, unos abanicos hechos de cubiertos dorados que le dan un toque especial. Con dos o tres detalles vintage, como el espejo en la sala o el aparador de la entrada. Ambiente relajado y agradable, que completan David al frente de un equipo cálido y atento.

Elegimos el menú Sierra Sur, en honor de la comarca del sur de Jaén donde predomina una rica vegetación, montañas escarpadas, cortijos centenarios y una gastronomía muy arraigada a sus pueblos y aldeas, según sus propias palabras.

Para abrir boca y esperar un lujo como no podía ser de otra manera el aceite de su propia cosecha y la manteca colorá. El aceite insuperable como todos los que he probado en la provincia y el toque de la manteca impresionante.

Nos llenan la mesa con una selección de aperitivos, que en conjunto forman una foto fantástica y por separado una delicia cada bocado.

La tarta de calabaza, pimiento rojo y champiñones, delicada y con una bonita presentación

El Berberecho en ajo blanco que contrasta con el sabor del Pastrami de cerdo en orza, dos bocados absolutamente diferentes pero perfectamente conjuntados

Y a su lado la Chuleta de rape, más consistente en textura y suave en sabor.

Como colofón a este conjunto las Trufas de Choto al Jerez, potentes y en una muy original presentación

Dos bocados calientes, El buñuelo de oreja, explosión de sabor en boca y la Croqueta de cocido y jamón, no por clásica menos buena.

Y después de esta maravilla, entramos en materia con los entrantes.

Ensalada tibia de conejo en escabeche, típico plato tradicional de la zona a veces con perdiz o con trucha. En este caso al conejo le va muy bien la técnica y con el fondo que lleva lo bordan.

Su particular Conserva de tomates, según palabras de Juan Aceituno en la alacena de su abuela siempre había tarros de tomates con pimientos rojos y cebollas y con ese recuerdo ha elaborado este platazo que rematan con un jugo de pimiento rojo.

Más verdura con esta Col con bearnesa de café y champiñón, mejor probar que describirlo, un producto modesto elevado a la máxima categoría.

Y como remate un plato homenaje a Juana La morcilla de la Juana. Potente, potente de sabor.

Y llegamos a los platos fuertes,

Elegimos Trucha de Cazorla, siguiendo con los productos de la tierra.

Y Gamo glaseado con ajos fritos y nata de ajos asados, una delicia ambos platos.

Cuando llega el postre, parece romper el minimalismo de los platos con un buen pedazo de Esponja de chocolate con helado de avellanas, lástima que a estas alturas ya estaba derrotada y totalmente satisfecha, si no hubiese repetido ración.

Culmina el extraordinario menú con una pequeña pastelería servida en un bonito olivo.

Explosión de sabores. Restaurante Kuoco 360

KUOCO

Calle De San Bartolome, 14
MADRID
Teléfono: 911 995 377

No es una cocina de fusión al uso, porque los ingredientes de distintas cocinas de diferentes culturas están tan sabiamente mezclados, integrados los unos con los otros, tan amalgamados, que forman un bocado único, exquisito y una explosión de sabor difícilmente explicable con palabras, hay que vivirlo. Esto es Kuoco.

En pleno barrio de Chueca con una sencilla decoración, pequeñas mesas en madera desnuda, colores neutros rotos por las fotos colgadas en la pared y los cojines repartidos por los bancos corridos, moderno y cálido a la vez, invita a compartir. Especial mención al detalle de la vajilla, hecha para cada plato, personalizada, artesana y muy original. Hasta la croqueta tiene su hueco, nada se deja al azar.

Me gustó mucho ese aire aparentemente informal y pensado hasta el último detalle para lograr, que realmente estés a gusto y disfrutes de la comida. Porque disfrutar, se disfruta desde el primer minuto hasta el final.

Al fondo, en la cocina vista, un ajetreado y muy cordial equipo con el chef Rafa Bérgamo al frente, son los artífices de esta fiesta gastronómica.

Andrés Correa al frente de la sala, encantador, va explicando el viaje que cada plato va haciendo, en esa mezcla que pasa por la cocina española, asiática, francesa, japonesa, mexicana y un largo etcétera.

Nos decantamos por el menú degustación,

Empezamos por la Gamba Ajillo Thai una gamba roja, emulsión de chile fermentado, ajo, finger lime, ito-togarashi.

Es alucinante el sabor de la clásica gamba al ajillo con el picante del chile y el toque japonés, que le da el ito-togarashi, un comienzo fuerte, fuerte.

Seguimos con una Ostra Francesa, ají amarillo, chalaquita, harissa

Brutal la mezcla peruana del aji y la chalaquita con el Marruecos de la harissa en un producto tan peculiar como es la ostra.

Mira que he probado croquetas, y siempre es un producto que puede llegar a sorprender.

Aquí continuamos con la Croqueta Pato Pekin, deliciosa, en su punto y con ese sabor de pato laqueado tan especial.

Singular la Vieira Kombujime, Llama, tamari, cítricos, huevas de trucha y jícama

También aquí se repite la combinación mexicana y japonesa en un maridaje perfecto.

Seguimos con un bocado en un brioche tostado,

Steak Tartar de solomillo, gochujang (salsa coreana) sésamo y mantequilla tostada y coronado con trufa negra, impresionante.

Probamos también la versión con bogavante, fuera del menú, sin palabras….

Y como platos fuertes,

La Laksallesa

Corvina, guisantes al wok, tsukemono cherry, ghoas, hojas de curry

Marcada en brasa y servida sobre una exquisita crema con guisantes al wok y tsukemono o encurtido japonés, tan impactante como deliciosa.

Rematamos con un Canette De Bresse,

Trufa de temporada, robuchón chirivias, glasa cantonesa de sus huesos

Una vuelta al mítico plato de Robuchón, esta vez con un suave puré de chirivías y una salsa sublime que acompaña de trufa rallada, un plato redondo.

Estos últimos platos acompañados de un pan hecho en la casa y una mantequilla ahumada.

En el mismo nivel de excelencia están los postres.

El goloso Violeta

Chocolate, violeta, grosella negra

Y el refrescante Mango Thai

mango, ganache de chocolate blanco, granizado de maracuyá, sopa de galanga

Broche perfecto para un menú de diez.

Lo acompañamos de un Lalama, un Ribera Sacra, que maridó a la perfección con todos los platos.

En resumen, una gozada de cena. Un equipo extraordinario con una muy cálida atención y unas ganas de volver a probar muchas más cosas de la carta.