MAMA CAMPO
Trafalgar 22, Plaza de Olavide 15
MADRID,
Teléfono: 914 47 41 38
La madera de sus paredes y techos, las cañas de bambú, sus distintas lámparas, las flores, el mimbre, el yute y los colores naturales, conforman una decoración singular en este restaurante que te invita a relajarte desde que entras.
A pesar de ser un sitio no muy grande con las mesas no muy separadas, conserva esta calidez e intimidad que es difícil encontrar en otros sitios similares. No se mezclan las conversaciones, quizás por esa profusión de elementos decorativos que aíslan naturalmente el ruido ambiental.
Todo se hace cómodo y muy coqueto. El local está lleno de detalles, hasta en el baño destaca su original grifería. Se nota que nada está dejado al azar. Buenos diseñadores y artistas detrás de cada pieza que forman un estilo muy personal.
Es un proyecto basado en el respeto al medio ambiente, los materiales sostenibles y los productos ecológicos
Así su cocina se basa en el producto de temporada, de ganadería y agricultura de pequeños productores. Todo sano y saludable. Y eso se nota en los sabores.
Aun así sus platos caseros y tradicionales tienen un toque moderno y una presentación muy cuidada, como todo el local.
Y todo ello a un precio razonable para borrar así la idea de que este tipo de alimentación es menos accesible y acercarla a todo tipo de público.
Nosotros probamos sus Higos, sardina ahumada y crema de idiazábal, una mezcla de color y sabor imprescindible.

El Pica pica de berenjena; berenjena ahumada, caponata, babaganoush, berenjena encurtida. La Berenjena en distintas presentaciones, ideal para picar entre varios.

Su original y ya clásica Tortilla a medias con ajetes y lascas de cecina

o el exitoso Poke de atún marinado, arroz de algas, verduras y ají amarillo

Me encantaron los Raviolis de txangurro con salsa de vermut y cítricos, aunque es difícil elegir, cuando pruebas de los demás platos como sus estupendas Carrilleras de cerdo guisadas con puré de piel de limón, otro clásico de la casa.
Y a la altura del menú están por supuesto los postres.
La Tarta de queso a la antigua, una mezcla de tres quesos, membrillo y miel exquisita

O el Crumble de manzana (sin lácteo, sin gluten, sin huevo, con azúcar de coco y pasta de dátiles) para repetir.

Completan su oferta con un colmado a la vuelta de la esquina en el que empezaron con su filosofía ecológica y el último proyecto una cantina que tendré que probar.
Sin duda una cena saludable, fresca y con un ambiente muy agradable gracias a la simpática y profesional atención de su personal, pendiente en todo momento del cliente, de la broma justa y el trato familiar.
En definitiva un sitio muy recomendable para tener en la agenda.