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Un paseo por la Bretaña francesa I

Hoy os traigo mi experiencia por una pequeña parte de Bretaña. Han sido unos días preciosos, donde he descubierto bonitos pueblos costeros, fortalezas medievales y como no, una cocina característica de cada sitio y restaurantes altamente recomendables que pretendo detallaros.

Lo dividiré en partes, para no cansaros mucho en la lectura.

CAMINO A BRETAÑA Y RENNES

Una vez en Francia hicimos una parada en SAINTES, una pequeña joya desconocida con un pasado romano muy presente. Su impresionante anfiteatro romano del siglo I, que está excelentemente conservado y otros monumentos muy interesantes, en un radio de acción que se puede ver perfectamente paseando.

Nos alojamos en un pequeño hotel, sencillo y muy acogedor, con una decoración llenita de detalles. La habitación lo justo y necesario para una noche de paso, con una cómoda cama y todo muy limpio y ordenado. Es altamente recomendable si pasáis por la zona

CIT’HOTEL LES MESSAGERIES

Rue des Messageries, Saintes, Francia

Un restaurante que os recomiendo, 

l’INSOLITE,

28 Rue Saint-Michel, Saintes, Francia

un pequeño rincón gourmet con una propuesta creativa y una presentación muy cuidada en un menú de mediodía muy competitivo. La atención exquisita en todo momento. Fue todo un descubrimiento para ser una parada en el viaje.

Tomando la ciudad de RENNES como base durante siete noches, desde allí hicimos distintas excursiones suficientemente cercanas para emplear un solo día y volver por la tarde.

Rennes me ha sorprendido gratamente. Es una ciudad vibrante, llena de gente joven por su universidad y distintas escuelas donde se gradúan muchos estudiantes de la zona.

Es ideal para callejear, entrar en sus bonitas tiendas y empaparse de su ambiente, con esas típicas fachadas de entramado de madera, sus concurridas terrazas y la amabilidad de su gente.

Como ha sido el sitio de regreso, todas las tardes descubríamos algo nuevo. Preciosa la “Librairie Le Failler”, merece la pena por dentro y por fuera.

No nos perdimos su famoso Marché de Lices, es el segundo mercado más grande de Francia, con productos frescos, y un magnifico apartado para las flores

Un remanso de paz al atardecer es el “Parc du Thabor” el pulmón verde de la ciudad con infinidad de árboles centenarios.

En cuanto a la restauración hay una oferta impresionante y os dejo una muestra de los que más nos han gustado.

RESTAURANTE 2 RUE DE DAMES

2 Rue des Dames, Rennes, Francia

Pintoresco este pequeño local, esconde una gran cocina a un precio muy competitivo. Funciona con menús en el que puedes escoger un primero y postre, segundo y postre o menú completo, un personal simpático y un ambiente variado en pleno centro de Rennes.

CREPERIE SAINT GEORGE

11 Rue du Chapitre, Rennes, Francia

El trigo sarraceno es una planta de origen asiático cuya producción se reactivó en Bretaña a finales de los 80

La mayoría de las veces, se transforma en harina para hacer galettes. Sin gluten, rico en proteínas vegetales fibra y antioxidantes, tiene un alto valor nutricional.

Este restaurante coqueto y elegante con una decoración muy singular tiene en su carta una infinita variedad de galettes. Un trato excelente y una comida exquisita, altamente recomendable.

CHEZ GEPPETTO

6 Rue Rallier du Baty, Rennes, Francia

Un italiano muy acogedor, con una bonita decoración, en la plaza más animada de Rennes, pasta en su punto y unos antipastos deliciosos.

LA CLOSERIE

34 Pl. des Lices, Rennes, Francia

Elegante, sofisticado, una decoración que recuerda a los clásicos de los años 70 con moqueta y sillones tapizados, pero con un aire más moderno. Cocina deliciosa de mercado, con cierto toque creativo. Lo sorprendente la atención fría y distante del personal, y en particular del maître. Sorpresivo porque en todo el viaje hemos encontrado lo contrario.

BOMBANCE

23 Rue de la Chalotais, Rennes, Francia

Una verdadera sorpresa. Un menú degustación a un precio más que razonable que cambian según el día y el mercado.

Buen producto con un punto creativo en los platos respetando los sabores originales.

Con un buen ambiente en la sala principal y un pequeño apartado en la parte baja que resulta más íntimo y acogedor a la luz de las velas.

Una atención muy cálida y profesional aconsejándonos y ayudándonos en todo momento con el idioma.