BURDEOS
Un día y medio no da para mucho pero pude hacerme una idea de algunos de sus lugares más conocidos.
Llegamos por la tarde y tomamos una cena informal en una terraza
LE CAFE ROHAN
1 Pl. Pey Berland, Bordeaux, Francia
Frente a la bonita fachada de la Catedral que por la noche iluminada nos pareció impresionante.



Unas cervezas y unas tablas típicas del lugar.




Interesante el barrio de Chartrons con galerías, tiendas vintage y terrazas con encanto.



El paseo por el rio Garona es muy agradable y en la place de la Bourse, El Moroir d’eau un icono fotográfico.

Recomendable el restaurante
MELODIE
6 Rue des Faussets, Bordeaux, Francia
Con un menú a un precio imbatible, ofrecen una cocina francesa cuidada, ambiente tranquilo y una atención muy cálida.









Ya de vuelta paramos en
NANTES






No nos daba mucho tiempo a ver la ciudad pero no quisimos perdernos Les Machines de L’île.
Disfruté como una niña. Es todo un espectáculo.
Les Machines de l’île nacieron de la imaginación de François Delaroziere y Pierre Oreafice y están a medio camino entre los mundos de Julio Verne, el universo mecanico de Leonardo Da Vinci y la historia industrial de la ciudad.



Es un lugar mágico, donde unas extrañas y fantásticas criaturas, hacen las delicias de grandes y pequeños. Una garza de ocho metros de envergadura, una araña mecánica despierta y se eleva de sus hilos, mientras dos colibríes gigantes picotean una flor.
La hormiga gigante pasa entre los visitantes, el oso perezoso y la oruga despiertan y la flora conviven con las plantas mecánicas y animales arbóreos.
Es posible dentro del público que te permitan participar y tomar los mandos de las maquinas. Yo no tuve esa suerte.






Fuera un gran elefante remata una visita con su espectacular tamaño y el travieso juego que tiene mojando a los escolares con su trompa. Realmente fantástico.



