TRICICLO
Calle de Sta. María, 28
MADRID
Teléfono: 910 24 47 98
Por fin después de mucho tiempo he podido probar Triciclo. Reconozco que tenía reticencias por lo difícil que era encontrar mesa siempre, y pensaba que podía ser uno de esos restaurantes de pose y moda.
Nada más lejos de la realidad. Es entrar y te das cuenta de que su ambiente es de una profesionalidad y sencillez que denota el objetivo que dicen tener y que consiguen, que te sientas como en casa.
Una decoración rústica con múltiples detalles, antigüedades, como algún perchero o puerta envejecida, viejos cajones hechos pequeñas estanterías, un sencillo bouquet de flores secas sobre las mesas, algunas de ellas redondas mucho más acogedoras, y curioso el “azulejo” para posar el pan.
Con varios ambientes cuenta a la entrada con una barra y varias mesas altas para algo más informal que da entrada al salón principal para una comida o cena más sosegada.


Su carta es muy versátil y variable, con una cocina de mercado, una vertiente más sofisticada y algo de fusión pero sin perder los sabores y texturas totalmente reconocibles y una curiosidad es que ofrecen la opción de elegir media o un tercio de ración con lo cual se pueden probar más platos y compartirlos en mesa.
Aun así estaba deseosa de probar, no sabía que elegir y pedí el menú degustación y desde luego que fue un gran acierto, imagino que si hubiese elegido a la carta no hubiese sido muy diferente a juzgar por la calidad del producto. No hubo nada que no me encantase, y eso no siempre es fácil.
Antes de entrar en materia nos recibieron con un snack muy original “corteza de arroz con crema de hierbas aromáticas”.

Y así comenzamos con unos muy logrados aperitivos. Tuvieron el detalle de ponernos tres cuando solo dos de los tres comensales que éramos elegimos la degustación.
Sopa fría de vaina de guisante lágrima, “Cherry Mary” y Tosta de paté de pato casero. Exquisitez antesala de lo que vendría a continuación
El primer pase Gamba con shiso y mango
Una gamba con un fino rebozado y una base de mango que envuelta en el shiso a modo de rollito te lo puedes comer de un par de bocados mojados en una salsa deliciosa.

Con la miel en los labios del plato anterior nos presentan el Besugo a la madrileña muy poco hecho. Increíble, porque al verlo efectivamente es crudo, pero en boca es como si te estuvieses comiendo un tradicional besugo al horno, absolutamente fantástico.

A estas alturas ya empezaba a ver que la cosa iba en serio, y que lo que nos esperaba era cocina de nivel.
El siguiente, Saam de puntilla fresca de Sanlúcar con huevo de codorniz, la introducción del típico rollito coreano, con el más puro sabor andaluz. De diez.

Unos Perretxicos con yema de huevo de corral, jugo de carne y papada ibérica, potencia de sabor y exquisitez.

Ya en plena fiesta degustativa recibimos la Merluza a la brasa con pil pil de guisante lágrima, jugosa, riquísima con una verduritas crujientes de acompañamiento y ese original pil pil.

El Pato a la brasa con crema de maíz ahumado y paté casero de sus interiores, siguió el ejemplo de todo lo anterior dejándonos un sabor de boca perfecto, sin decaer en ningún momento el nivel.

El primer postre, Frutas frescas con granizado de citrícos y una infusión de hierbabuena y albahaca, refrescante, ideal para separar sabores y pasar al siguiente más dulzón

Tarta de queso como la de Hilario,
Yo la de Hilario no la he probado, es un capitulo que tengo pendiente cuando me haga alguna escapadita por Oiartzun. Esta, sí puedo decir que está deliciosa.

Y así después de una verdadera fiesta gastronómica, lo he apuntado en mi lista de restaurantes de cabecera y aparte de que sin duda, voy a ir más veces para probar su carta, tengo que probar también sus otros proyectos.
Mención especial a todo el equipo pendiente en todo momento de la satisfacción del cliente.
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