FUEGO
Calle Hermanos Bécquer, 5
MADRID
Teléfono: 910515811
Hace casi un año que publique en este blog la fantástica experiencia vivida en el restaurante Aire. Tenía muchas ganas de probar Fuego, la segunda apertura del proyecto de Ignacio González-Haba y Erika Feldman Los 4 elementos, que en un futuro completarán con Tierra y Agua.
En este año, he leído muchas reseñas y entradas de otros blogs que me animaban a no dejarlo por más tiempo.
Pues bien, mi experiencia no ha sido todo lo que yo esperaba. Es posible que mis expectativas fuesen muy altas por la cantidad de artículos que había leído, o que la elección de algunos platos no fuese la correcta.
Es un restaurante cuyo protagonismo es el fuego en todas sus acepciones, humo, brasa, asado. Y para ello poseen una cocina vista separada por un cristal de la sala con un horno de leña y una parrilla, elaborando los productos de primera calidad de una forma tradicional. Es por esto, que yo esperaba saborear el humo en todas sus variaciones.
“Humo desde el aperitivo hasta el postre”, he leído en algún artículo. Pues bien, yo en el aperitivo no tuve suerte, no había humo. Eran unas croquetas muy ricas, similares a alguna otra probada en otros sitios.
Iba con alguna idea de lo que queríamos pedir, pero el maître nos cambió algunas de ellas. Normalmente me dejo aconsejar, algunos platos fuera de carta son espectaculares, pero en esta ocasión la experiencia fue variopinta.
Empezamos, como no podía ser de otra manera, por su ya famosa,Tortilla de Patata, Txangurro y Humo, una exquisita tortilla de patatas elaborada en el propio caparazón del Txangurro
Fuera de carta nos ofreció unos mejillones, abiertos con unas verduritas de sabor muy original y delicioso.
Como segundos, me apetecía probar la merluza a la brasa, pero me sugirió que mejor probase un rodaballo y la verdad es que me decepcionó. No puedo decir nada negativo, estaba en su punto, pero era un plato semejante a cualquier otro restaurante de esta categoría.
Lo que sí estaba de diez fue la carne que escogimos como segunda opción, Tournedeau de venado con panceta ahumada y salvia, un lomo de ciervo a la brasa con un sabor increíble, tierno y delicioso sobre una camita de puré de apio
Los postres no estaban en carta. Nos los cantaron al final y aunque estaban muy ricos, tampoco se asemejaban a lo que he leído en alguna publicación respecto al toque ahumado.
En cuanto al local es de esos espacios que me gustan por pequeño y acogedor.
Su decoración evocando a una casa francesa del siglo XIX, con las paredes de madera en tonos pastel, cuadros con motivos florales, banco corrido, mesas amplias y elegantes y esas bonitas lámparas y apliques con caireles, que le dan el detalle especial, contribuyendo a crear un ambiente relajado con un punto de romanticismo.
Me encantó el detalle de la servilleta de lino bordada como en Aire.
El servicio correctísimo y muy agradable. Sin duda me quedé con ganas de volver y probar alguno de los platos que me quedaron pendientes, su famosa caballa ahumada, el original steak tartare de picaña o el carabinero ahumado al heno entre otros.